Capítulo 50

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Sentía el corazón en la garganta y podía escuchar sus pasos tan nítidamente que daba la sensación que estaba caminando sobre cristales, cristales que en cualquier momento podrían quebrarse y mandarlo a un vacío sin fondo.

No entendía el porqué de su nerviosismo, había dejado a Sasuke, al hombre que adoraba y con el que iba a tener un hijo, solo por ir a verlo y ahora que estaba frente a la habitación un miedo había carcomido todo su organismo.

Menma era su hermano, sí. Pero Naruto no podía recordar algún momento especial con él, todas las escenas que tomaban su cerebro era a Kushina y Minato prefiriéndolo siempre a él y aislando a Naruto de sus caricias y cariño, y lo peor de todo es que aunque quisiera volver a confiar en su hermano, no podía. Siempre tendría la idea de que le robó a Hinata, y aunque tal vez eso hubiera sido lo mejor, ahora le aterraba que le arrebatara a Sasuke.

Siendo concretos, estaba casado con él, y si no quería firmar el divorcio...

El doctor a su lado lo veía con la mirada ceñuda y la boca en una línea tiesa, de seguro estaba esperando a que él entrara primero, pero no podía dar ni un solo paso, así que el doctor lo hizo primero. Abrió la puerta dejándola abierta para que Naruto pudiera pasar y él a regañadientes lo hizo. Sintió cómo sus pupilas se dilataban al ver a su hermano en cama, estaba pálido pero sus ojos estaban abiertos, lo miraba confundido.

Naruto le regaló una mirada al doctor, pidiéndole con los ojos que los dejara a solas.

-Solo no lo altere, ¿de acuerdo? –musitó y cerró la puerta tras él.

-Debes de tener tantas preguntas –susurro hacía Menma, quien seguía mirándolo con ojos gigantes y cautelosos.

-¿Qué haces aquí? –gruñó entre dientes.

-Oh, cálmate. Solo vengo a ver cómo estas. ¿Te estás sintiendo bien?

Menma frunció el ceño y casi al instante lo hizo Naruto, no fue por mímica, cada uno lo hizo por separado provocando que el otro se estremeciera, hace tiempo que no se veían... no recordaban cuán extraño podía ser.

Tenía ese extraño efecto de parecer estar frente a un espejo.

-No entiendo qué pasa, aún. Los doctores me llaman Naruto, y estoy empezando a creerme que lo soy...

Naruto sonrió de lado- Kushina les ha mentido, tú eres Menma, no tienes porqué confundirte con eso, solo síguele el juego a los doctores, si no meterás en problemas a Kushina.

Menma devolvió la sonrisa, a Naruto nunca le había gustado decirle mamá- Claro, ¿cómo está ella?

-Bien, normal. Igual que siempre. Quiero saber cómo estás tú.

-¿Por qué?

-Porque eres mi hermano y me preocupo por ti.

-Dijiste que no te volviera a llamar hermano, nunca más.

Naruto sacudió la cabeza, esa tarde les había gritado tantas cosas a ambos, cuando había descubierto que lo engañaban...

<<-Hermano... -le había susurrado Menma.

-¡Cállate! -Lo había silenciado- No te atrevas a llamarme nunca así, ¿entendido? ¡JAMÁS! >>

-Fue hace tiempo.

-Bueno, estuviste más de dos años enojado, no sabía si seguías estándolo.

-No estuvo bien lo que me hicieron.

Menma tomó aire- No, no lo estuvo.

-Tampoco estuvo bien que te dejara de hablar, ella... ella no debía merecer el derecho de separarnos, no es la gran cosa.

Menma carraspeó y empezó a jugar con su cabello, gimió al tocarse una herida –Fue duro el accidente, supongo que como dices, ella no merece que todo esto pasara.

-¿Estás arrepentido?

-Me arrepiento de muchísimas cosas en mi vida, Naruto. Así que especifica mejor.

-¿Estás arrepentido por dejar a Sasuke?

-¿Cómo sabes de él?

El rubio caminó hasta sentarse al borde de la cama de su hermano, esto iba a ser difícil.

-Bueno puedo decir que sé mucho de él.

-¿Cómo? –preguntó.

-He convivido con él.

-Estás evadiendo la pregunta Naruto, quiero que me digas que ha pasado.

-Verás cuando escapaste, mi madre no podía perder la oportunidad del dinero –empezó- Aún no entiendo cómo pudiste aceptar casarte a la fuerza cuando aún amabas a alguien más, nunca lo espere de ti. –negó con la cabeza- Pero ese no es el tema, la cuestión es que me pidió que tomara tu lugar... y lo hice.

-Tú... ¿Tú te casaste con Sasuke?

-No, Menma Namikaze lo hizo. Robé tu nombre, tu identidad y falsifiqué tu firma en el documento legal.

-Pero... -y entonces pudo comprenderlo- Claro, entonces por eso yo soy tú, porque... porque tú eras yo... -Naruto asintió. -Wow, Kushina... Kushina tiene mente de escritora.

-Yo creo que solo muere de ganas por tener dinero, nunca estuvo en sus planes que tú escaparías y que luego estarías en coma y jamás pensó que yo... que yo terminaría por enamorarme de Sasuke de verdad.

-¿Qué?

-Quiero a Sasuke.

-Es imposible.

-No lo es.

-¡Pero él es mi esposo!

-Sí, Menma. Tal vez legalmente lo es, pero él me quiere a mí, no a ti.

-¿Él sabe quién eres de verdad? –Naruto asintió- ¿Y te perdonó cuando lo supo? –volvió a asentir.

Menma frunció el ceño, a Sasuke nunca le habían gustado las mentiras.

-Es extraño, él... no era de los que perdonaban las mentiras.

-Cuando amas a alguien perdonas todos sus errores –citó lo que Sasuke había dicho después de escaparse de la cabaña.- Y él me ama.

-No puedes estar seguro.

-Se quiere divorciar de ti.

-Eso no quiere decir que se casará contigo.

-Lo hará.

-No si yo lo impido.

Naruto lo fulminó con la mirada- No te metas en esta relación, Menma. En esta no.

-Tú fuiste el que metió sus narices en esto, no tenías por qué hacerlo.

-¿Disculpa? Si no recuerdo mal, tú fuiste el que huiste con Hinata.

-¡Sí, porque tenía miedo de casarme!

-Claro y cuando tienes miedo de casarte te escapas con tu ex novia –rodó los ojos, en alguna parte de su corazón pensó que podía reconciliarse con su hermano. –Menma, no quiero pelear, estás débil.

-Me robaste a mi novio.

-Dejó de ser tuyo desde el momento en que lo dejaste solo y te fuiste. –estaba enojado y si seguía así, terminaría por darle un golpe a su hermano, y lo más seguro es que eso no estaba permitido, le aventó los papeles de divorcio que cayeron en el regazo de él. –Léelos y fírmalos, no puedes hacer nada por cambiar algo, él no te dará su dinero, y es mejor que no luches... solo harás las cosas más difíciles.

Se levantó y caminó hasta la puerta, pero entonces recordó algo – Ah, y si tienes dudas, solo te digo que tu "gran amor por Sasuke" y tu miedo por casarte con él, provocaron un problemita mayor con Hinata.

-¿Qué con ella? –gruño.

- Está esperando un hijo tuyo. ¡Muchas Felicidades, hermano! -sonrió hacia él- vas a ser papá. 

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Muchas gracias por leer 😊

Hasta el próximo capítulo 😉

EL FARSANTE -NARUSASU-Where stories live. Discover now