Capitulo 19

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*POV Layla

Tendría que pasar otro maldito día junto a Dave. Era innegable que él era atractivo. Pero lo que me gustaba de él era su parecido a Justin.

-Estaremos juntos una noche más - rió Dave.

-Calla imbécil.

-No me obligues a pegarte.

-¿Los planes no están saliendo como planeaste? No tienes hombres que te hagan el trabajo sucio.

-He dicho que te calles - elevó su tono de voz.

-¿Y sabes porqué no tienes hombres?

-Que te he dicho que te calles - gritó.

-Porque los mató Justin - después de decir eso me dió una bofetada tan fuerte que me dejó mareada y apunto de perder el conocimiento.

-¿No te he dicho que te callaras? Mira lo que me has obligado a hacer.

-Y acabará contigo también - conseguí articular.

-Di una palabra más y te juro que... - me cogió del pelo y me susurró esas palabras a la oreja.

Simplemente sonreí. Sabía que estaba mentalmente hundido porqué Justin era mejor que él. O eso quería creer. 

La mejilla empezó a arderme y noté como me caía de la nariz un poco de sangre que llegó a mis labios y me dejó un sabor metálico en la boca. 

"Si Justin estubiera aquí nada de esto estaría pasando" pensé.

Dave se sentó a mirar la televisión el resto de la tarde y me dejó sola en la cocina.

Volvió a la cocina, no se cuantos minutos después, y se preparó un sandwich como cena.

-Me muero de hambre - repliqué.

-¿Te mueres? A ver si es verdad, porqué no vas a cenar.

-Cabrón - susurré.

Salió de la cocina y decidí ponérme a cantar para pasar el rato. Dejé de cantar en cuanto oí los pasos de Dave.

-Te quiero calladita - me amordazo con un pañuelo de tela blanca y los bordes puntados en azul.

Acabé durmiéndome en la silla, hasta que Dave me despertó.

-Despierta - me dió una patada suave en la pierna.

Abrí los ojos y me encontré con sus ojos color café mirándome fijamente.

-Hoy estoy de mejor humor - sonrió, dejando ver sus dientes blancos y rectos - Son casi las siete, has dormido toda la tarde - me quitó la mordaza.

-¿Me vas a dejar libre? - tenía la boca y los labios secos.

-Claro - llenó un vaso de agua, me soltó una mano y me lo dió - Espero que tu querido Justin no intente nada.

Abrió un cajón que quedaba a mi derecha y sacó una pistola. La cargó y se la guardó en el bolsillo trasero del pantalón.

-¿No me dijiste que no querías matarlo? - recordé las palabras que me dijo el primer día del secuestro.

-Ya, pero no sé si él piensa lo mismo. Mejor prevenir que curar. Además, con un poco de suerte para ti, - se agachó a mi altura - hoy verás a tu chico en acción.

-Ha cambiado.

-No lo defiendas - se mordió el labio inferior - Eres tan apetecible - me cogió la mandíbula y me besó.

Pearls of EvilWhere stories live. Discover now