Capitulo 11

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Quería contarle a Ryan la situación, pero tampoco quería que se enterara nadie más de su problema.

-Ryan - llamé a la puerta de nuestro dormitorio -¿Podemos hablar?

-Claro - dejó la revista que estaba leyendo y me senté en su cama - ¿De qué se trata?

-Es un tema muy delicado - Ryan asintió - Super delicado.

-No me preocupes y habla de una vez - sonrió.

-No es una broma Ryan. Pero no es sobre mi, es sobre otra persona.

-¿Dave?

-No. No te diré quién es.

-Vale, déjalo. ¿De que se trata?

-¿Si tú supieras que alguien tiene problemas y tu pudieras resolvérselos, pero de una manera un poquito radical, lo ayudarías?

-Supongo que sí - se quedó pensativo - ¿Como es de radical la solución?

-¿Hablar con algún superior o matar a alguien?

-Si te digo la verdad, Justin, no me estoy enterando de nada - su expresión era confusa.

-Te lo contaré - suspiré - Tengo un amigo al que no le tratan bien - empecé a jugar con uno de los cojines mientras pronunciaba cada palabra de manera lenta.

-¿Lo pegan?

-No creo que no. Espero que no. Lo maltratan psicológicamente. Pero ese amigo es muy importante para mi y no sé como puedo ayudarlo.

-Deja que ella misma resuelva sus problemas, Justin. Si se trata de bullying, lo peor que puedes hacer es meterte en medio.

-¿Cómo has sabido que hablaba de ella?

-Cuando hablas o piensas en ella te brillan los ojos. A alguien le gusta Layla - dijo en tono burlón.

-Esto es serio - la sangre me subió a las mejillas. Saqué la carta de mi bolsillo trasero - Léela y entenderás porque me quiero meter en medio.

Ryan leyó la carta lentamente mientras se llevaba la mano a la boca. Se hizo el silencio cuando acabó de leerla. Me miró a los ojos y torció sus labios en una mueca.

-¿Que cojones podemos hacer? - Ryan parecía algo furioso y afectado.

-Tú mismo me has dicho que no puedo hacer nada, Ryan.

-¿Pero pretendes que después de leer eso no haga nada?

-No, ya sé que no pero no podemos ir matando y torturando uno a uno los alumnos de su instituto hasta dar con este hijo de puta.

-¿Que se hace en estos casos? - Ryan empezó a frotarse las manos nerviosamente.

-Avisar a sus padres y al director de su colegio ¿no?

-Se enfadará si se lo cuentas a alguien. De momento trata de apoyarla en todo.

-Tienes razón pero-

-¿Pero que?

-La he cagado con ella. Hoy después de recogerla en el instituto la he llevado a su casa y-

-¿Te la has tirado? - se sorprendió de su propia pregunta. 

-¡Y dale! ¿Es que solo tenéis esa imagen de mi?

-Pues si.

-Solo me ha besado, pero luego me ha dicho que estaba confundida y ahora no sé con que cara ir a verla.

-No saques el tema si ella no lo saca y trátala como si no hubiera pasado. Te estas poniendo rojo - se rió y me tocó la mejilla.

-No! - me levanté y esquivé su mirada.

-Estás enamorado de ella.

-Que no Ryan! Es solo una amiga.

-¿Entonces a mi también me darás un beso por ser tu amigo? - puso los labios juntos en forma de morritos y empezó a perseguirme por la habitación.

-¡Quita Ryan! - salté sobre la cama.

-Chicos ya he llegado! - gritó Kate desde la puerta.

-Cabrón - susurré antes de salir de la habitación.

-Calla marica - se tumbó sobre la cama y continuó ojeando la revista.

-Kate - cogí la bolsa con su ropa - Traigo la ropa que le dejaste a Layla, no he querido lavarla para que no encogiera o algo.

-Déjalo está bien - Se quitó las gafas de sol y me quitó la bolsa de las manos con una sonrisa (raro en ella, muy raro).

-¿Puedo hablar contigo? Es importante.

-Claro. Por cierto, ¿cómo está Layla?

-De eso quería hablarte, es sobre ella. Tiene una amiga en su instituto que está sufriendo bullying, ¿que harías si fueras ella?

-Primero - se quitó la americana - que no se preocupe porque algún día se graduarán y no los volverá a ver. Y segundo - abrió la nevera y sacó una cerveza - prométeme que no matarás a nadie.

-¿Tanto se nota de quién hablo?

-Te brillan los ojos - sonrió después de beber la cerveza que tenía en la boca.

-Mierda - chasqueé los dedos y me dejé caer sobre una silla.

-Solo puedes hablar con ella y apoyarla - se sentó delante de mi.

-Es lo mismo que me ha dicho Ryan.

-Pues haznos caso.

-Gracias Kate - me levanté y cogí mi chaqueta de cuero.

-Oye!

-¿Si? - asomé la cabeza por la puerta.

-Dile que puede venir aquí cuando quiera - sonrió cálidamente y le devolví la sonrisa.

Pearls of EvilWhere stories live. Discover now