Capitulo 2

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Encontramos un edificio donde aterrizar. Por desgracia también encontramos un vigilante, con el que no vacilé ni un segundo.

-¿Justin porque lo has hecho? - Ryan aún se sorprendía al verme matar a alguien.

-Me llamo Derek, ¿recuerdas? - cogí el cuerpo por las piernas y empecé a arrastrarlo hasta lo que parecía un respiradero de la calefacción.

-Aún así, sabes que no puedes matar a la gente de esta manera.

-¡Oye! - dejé caer el cuerpo dentro del respiradero - Sabes mejor que nadie que solo lo hago por pura necesidad.

-¿No querer pagar a una prostituta te parece una "pura necesidad"? - hizo unas comillas con los dedos mientras le daba énfasis a esas ultimas palabras.

-Claro - lo miré sin expresión alguna en mi rostro.

-Vale, vayámonos - dijo después de una pausa.

Los controles de seguridad fueron mínimos pero apuesto a que Ryan seguía preguntándose como no nos habían quitado las armas. Contactos. Los contactos son la clave. Si le haces un pequeño favor a alguien podrás pedir algo a cambio, por gordo que sea. Así conseguí los billetes de ultima hora.

-Coloquen sus asientos en posición vertical y abróchense los cinturones para el aterrizaje - dijo la voz femenina por los altavoces.

-Ha sido rápido el vuelo - Le dije a Ryan mientras se abrochaba el cinturón.

-¿A donde iremos ahora?

-Cuando lleguemos al aeropuerto de Francia cogeremos un tren hasta Alemania.

-¿Alemania? - pregunto nervioso.

-Allí nadie nos conoce.

-No, si es perfecto.

Salir del aeropuerto fue fácil. Los controles solo son estrictos al entrar. En cinco horas llegaríamos a Alemania.

-Quería una habitación doble - Llegamos a un pequeño, pero lujoso, hotel.

-¿Podría darme un nombre y mostrarme su pasaporte o documento de identidad?

-Derek Smith - le di el pasaporte.

-Muy bien - me lo devolvió junto a la llave de la habitación - Su habitación es la 303, en la tercera planta.

-Gracias - cogí mi maleta y le guiñé un ojo.

-Oye! - Dijo Ryan cuando subimos al ascensor - No ligues con ella.

-Solo estaba siendo amable - apreté el botón de la tercera planta - Ser amable te puede sacar de muchos problemas.

Encontramos nuestra habitación al final del pasillo. Era amplia y nos dejó la vista de la ciudad entera, iluminada por las farolas y la luz de la luna.

-¿Aquí que hora es? - Tiré mi maleta al suelo.

-En mi reloj son las 10 de la noche y son 8 horas de diferencia...

-Las 6 de la mañana - cambié la hora de mi reloj - Deberíamos descansar.

-Tienes razón - entró al baño.

-La madre que la parió! - grité desde la habitación.

-¿Que pasa ahora? - Ryan asomó la cabeza por la puerta del baño.

-La cama es de matrimonio.

-¿Que mas da? Creerá que somos una pareja y no te la podrás ligar.

-Yo duermo a la izquierda.

-¿Porque no la derecha? Sabes que no me gusta la derecha - se quejó Ryan mientras empezaba a quitarse la camisa y yo los pantalones.

-Porque por la mañana me dará todo el sol en la cara - me quité la camisa también y me puse unos pantalones cómodos.

-Joder "Don exigente". Cierras las cortinas y ya está - Él me imitó y también se puso unos pantalones que parecían un pijama.

-Te dejo la izquierda entonces - Cerré las cortinas y me deslicé entre las sábanas.

-Gracias - Dijo en tono victorioso y realmente molesto antes de meterse en la cama y apagar la luz.

-Eh! No. Nada de eso. - Encendí la luz - Dos cosas claras, primero: ese es tu lado y este el mio - señalé su mitad de la cama y la mía.

-Vale vale.

-Y segundo: nada de mariconadas!

-Oye, ¿Que estas insinuando? - fingió enfado.

-Nada - apagué la luz y me tumbé de espaldas a él.

-Tienes los pies fríos - sus pies tocaron los míos.

-A esta clase de mariconadas me refería - sonreí, aunque sabia que no podía verme, antes de apartar los pies.

-Era broma, así que deja de llamarme maricón - Le oí moverse entre las sábanas - ¿A mi me tiene que llamar maricón? - susurró.

-Te estoy oyendo Ryan.

-Mejor. Buenas noches.

Pearls of EvilDove le storie prendono vita. Scoprilo ora