Capitulo 22

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Luke me cogió por el abdomen y, entre él y Tyler consiguieron apartárme de Matt.

Me pitaban los oídos al salir del local, pero Layla no dejó de chillar y yo no la escuchaba. Estaba confundido, las cosas se me habían ido de las manos. Se oyeron algunas sirenas y Luke me zarandeó para hacerme reaccionar.

-Vámonos ya - gritó Luke.

-Tyler, vuelve con Matt. Hablaremos mañana - Layla se despidió de él.

-Esto no quedara así Bieber - me amenazo Tyler mientras me señalaba con el dedo índice.

-¿De verdad? ¡Cuando quieras! - grité.

-Déjalo! - me empujó Luke del pecho.

-¿Aun no recuerdas lo que hice por ti y por Layla? - Tyler se acercó a mi hasta poner su frente contra la mia y mirarme con cara de asesino. Apuesto a que quienes nos miraban no sabrian decir quién estaba más loco de los dos.

-¿Quieres tu dinero? ¡¿Lo quieres?! Te devolveré hasta el último centavo, cretino.

-Vamos! - me estiró Luke.

-¡Te lo juro! - grité mientras caminábamos hacia el coche.

Subimos al coche los cuatro, Layla, Luke, la chica morena y yo.

-No puedo creer que hayas pegado a Matt. ¡Idiota! El lunes no podré mirárlo a la cara - Layla hundió la cara entre sus manos.

Conduje tan rápido como pude para dejar atrás aquel garito. No contesté a ninguno de los gritos de Layla en un buen rato.

-No corras tanto - gritó Layla - No puedo creer lo que acaba de pasar.

-Estás borracha, mañana ni te acordarás. Abróchate el cinturón - me hizo caso y se lo puso.

-¿Y tu estás drogado? Porqué lo parece.

-Cállate - hice una mueca.

Miré por el retrovisor a Luke y la morena, que se estaban besando como si no hubiera mañana.

-¿De dónde ha salido esa fresca? - la señaló Layla.

-No eres la más indicada para llamárla fresca, ¿no crees? - le eché en cara.

-Idiota - dió un tirón de su vestido y se cubrió los muslos con su bolso de mano.

-Toma - me quité la cazadora mientras esperaba a que el semáforo se pusiera en verde - Estás demasiado borracha como para volver a casa.

-Estoy perfectamente - se quedó callada un momento - Toma - sacó su móbil - Envíale un mensaje a mi madre y dile que me quedaré a dormir en tu casa.

-Envíaselo tu, si tan perfectamente estás - Empezó a escribir de manera torpe y lenta - Trae déjamelo a mi. Has estado apunto de mandárme el mensaje a mi y no a ella - reí.

Escribí el mensaje mientras conducía y lo envié antes de llegar a casa de Luke, que aún seguía atrás con la morena.

-Luke, ya emos llegado - le devolví el móvil a Layla.

-Gracias, tu si que eres un colega de los de verdad. Nos vemos mañana Justin, adiós Layla - salieron del coche.

-Adiós, esto- me quedé pensando en el nombre de la chica mientras chasqueba los dedos en busca de la respuesta.

-Brook - acabó ella.

-Eso. Adiós Brook.

-Te quiero Justin - gritó Luke antes de cerrar la puerta.

-Por eso odio los borrachos - miré a Layla - ¿Es la primera vez que te emborrachas? - ella asintió - Intenta no dormirte aun, así no tendrás tanta resaca.

Conduje en silencio hasta llegar a casa. El viaje se hizo largo y monótono, pero sabía que si volvía a abrir la boca sería para criticar, de nuevo, el vestido. Antes de poder aparcar sonó un "bip bip".

-Mi móvil - dijo Layla - Léelo en voz alta, por favor.

-Dice: ¡¿En casa de Justin?! Mañana hablaremos seriamente - imité la voz de su madre.

-Ultimamente no me deja hacer nada, está amargada.

-No digas eso de tu madre - encontré por fin un sitio donde aparcar el coche.

-Pero si es verdad.

Decidí no discutir más con ella sobre un tema tan estúpido como ese. Salí del coche y ella me siguió unos pasos hasta que la cogí por la cintura y la ayudé a caminar unos pasos antes de que se tropezara.

-Te tengo. Te tengo - la cogí en bolandas y la llevé hasta la puerta.

-Ya subo yo sola las escaleras - se cogió a la barandilla y las subió de una en una.

Era como un bebé aprendiendo a caminar, solo que subida a unos tacones demasiado altos para ella.

-Quítate los tacones, que te vas a matar.

-No, soy una señorita - me sacó la lengua.

-Casi puedo verle el culo, señorita - tiré de su vestido un par de veces - ¿Quién te lo ha dejado?

-¿Cómo sabes que no es mío? Es igual. Es de mi madre, me lo ha dejado.

-Ahora tienes que hacerme un favor. Son las cinco de la mañana y Ryan y Kate están durmiendo. No puedes gritar - me puse el dedo índice delante de los labios.

-Pero si yo no- la calle tapándole la boca con mi mano.

-Te prestaré un pijama y te ducharás - asintió - y a dormir.

Le quité la mano de la boca y la besé antes de abrir la puerta. Nos quitámos los zapatos y entramos de puntillas, ella fue hacia el baño y yo a mi habitación. Cogí algo de ropa de mis cajones cuando me sorprendió un Ryan medio dormido y en calzoncillos.

-¿Ya has vuelto? - susurró desde la puerta.

-Si y he traído a Layla conmigo - cerré el cajón - Se está duchando.

-Piensas... - hizo un movimiento con la cabeza - Ya sabes.

-No, deberías ver lo borracha que está. Apuesto a que estaba al borde del coma etílico.

-No tendrías que haber ido. Apuesto a que ya has montado uno de tus numeritos.

-¿A qué te refieres? - intenté disimular.

-A tus típicas peleas de bar con borrachos y salidos - hizo una pausa - Que hipócrita.

-¿Porqué?

-Porque tu también eres un borracho y un salido - rió - Venga, buenas noches.

Abrí la puerta del baño y dejé el pijama y la ropa interior sobre el lavabo.

-Layla, ¿te queda mucho?

-Ya estoy - asomó la cabeza entre las cortinas de ducha y le dí la toalla.

Salí del baño y fuí a la habitación; deshice la cama y me puse el pijama, después me metí dentro de la cama. Ryan ya estaría durmiendo de nuevo.

No tardó demasiado en salir del baño y acurrucarse a mi lado. La abracé, le toqué el culo y subí mis manos por dentro de la camisa hasta su espalda.

-Todavía tienes la espalda mojada - sonreí.

-Ya estaba harta de secarme - me dió dos pequeños besos en los labios y se dió la vuelta - Buenas noches.

Apagué la luz y la rodeé con mis brazos por la espalda. Junté mis piernas a las suyas y ella entrelazó sus dedos con los mío.

-Buenas noches, Layla - le susurré al oído.

Pearls of EvilWhere stories live. Discover now