Al día siguiente la volví a recoger y traer de su instituto. Me vestí algo más elegante de lo normal, me puse colonia y me peiné mi pelo, ahora castaño.
Sonó el timbre y no tardó en salir de entre la multitud, esta vez con una pequeña sonrisa en los labios al verme. Se despidió con la mano de una chica morena y caminó más deprisa para alcanzarme.
-Tengo que contarte una cosa - sus ojos irradiaban felicidad.
-Vale, pero antes quiero llevarte a un sitio - le cogí los libros de las manos.
Durante el viaje no saqué el tema del beso de la tarde anterior, y ella tampoco lo hizo.
-¿Dónde vamos?
-Es una sorpresa, ya casi llegamos.
Aparqué el coche y frente a nosotros se encontraba la orilla del río.
-Esto no es todo - me desabroché el cinturón y salí del coche. Ella salió junto a mi.
Ryan y Kate me había ayudado a preparar la orilla de la manera más romántica que pudiéramos imaginar. No suelo hacer este tipo de cosas, porque éste no es mi estilo y nunca me había vuelto a enamorar desde el instituto.
Un camino de gasolina en llamas nos guiaba hasta un mantel estirado sobre el suelo y una cesta de picnick.
-¿Y esto? - su rostro reflejaba su sorpresa.
-¿No te gusta?
-Claro que sí - me sonrió y la cogí de la mano para llevarla hasta el picnick.
Nos quitamos los zapatos y nos sentamos el uno frente al otro. Abrí la cesta y empecé a sacar algo de comida.
-¿Que querías contarme? Parecías feliz.
-Esto es demasiado para mi, Justin - sonrió.
-Si quieres podemos irnos - cambié mi sonrisa por una mueca.
-No importa - volvió a sonreír - He conocido a un chico nuevo, ahora nos sentamos juntos.
-Me alegro muchísimo - le dí uno de los sándwiches que había preparado.
-Él, - hizo una pausa mientras desenvolvía el bocadillo - él también ha pasado por lo mismo que yo. Me está ayudando mucho - dio un bocado y yo también al mío - me ha defendido delante de la clase.
-Te gusta, ¿verdad? - fui directo al grano.
-No, claro que no. Solo es un amigo.
-Dilo. No me importa - dejé mi bocadillo.
-Justin no me gusta! - subió el tono de voz.
-Admítelo.
-No es verdad por eso no lo admitiré.
-¿Como se llama? - dije mientras engullía mi sándwich.
-Tyler - murmuró - ¿Oye podemos cambiar de tema?
-Claro! - dije con sarcasmo.
-Estoy harta de tus malditos celos - se levantó.
-¿A dónde vas? - me levanté.
-¡A casa!
-Te acompaño - empecé a recoger las cosas.
-Espera, te ayudo - Me ayudó a guardar las cosas en el maletero - Me voy ya.
-Deja que te lleve - No me hizo caso y continuó caminando.
Dejé que se fuera, sabía que insistir no serviría de nada. Entré en el coche, encendí un cigarrillo y exhalé el humo de mis pulmones lentamente mientras se me escapaba una pequeña lágrima. Me la sequé y decidí recogerla, estaba oscureciendo y no es seguro que una chica ande sola por las calles.
Encendí el motor y empecé a conducir sin prisa hasta que la vi caminando sola por la acera. Frené el coche cerca de ella y bajé la ventanilla del coche.
-Guapa, sube que te llevo.
-Subiré si dejas de decir eso - sonrió de lado mientras abría la puerta.
-Hecho - aceleré de nuevo después de sujetar el cigarrillo entre mis labios.
El resto del viaje se consumió en el silencio hasta que llegamos a su casa. Aparqué el coche y apagué el motor.
-Tendrías que ser menos celoso - me miró directamente a los ojos.
-No puedo evitarlo - volvió el silencio hasta que lo rompí - ¿Sabes? Una vez me prometí que no volvería a enamorarme.
-¿Y estás cumpliendo la promesa?
-Para nada - dije triste - Pero tengo miedo a enamorarme y que ella no sienta nada por mi-
-¿Y si no es así? - me cortó - ¿Y si ella sí siente lo mismo que tu sientes? - hizo una pausa y respiró profundamente - Justin, eres muy importante para mi. Me ayudaste con mis problemas y me salvaste la vida y eso es algo que nunca podré acabar de agradecerte-
-¿Pero?
-No hay 'pero' - acercó sus labios a los míos y me besó como la primera vez.
Me desabroché el cinturón de seguridad y ella también, para poder estar más cerca el uno del otro. La cogí de la cintura mientras besaba su cuello y la puse sobre mi regazo. Dejé de besarla y recorrí con la mirada cada uno de sus rasgos, sus ojos, su nariz, sus mejillas.
-Es imposible cumplir mi promesa cuando te tengo delante de mi - volví a besarla y puse mis manos en su cintura.
-No, Justin - puso sus manos sobre mi pecho y me empujó para separar nuestros labios y mirarme a los ojos.
-No pasa nada - le aparté el pelo del cuello y se lo volví a besar.
-No - volvió a apartarme.
-Cuando una mujer dice que no... - antes de acabar la frase la aparté de encima de mi bruscamente.
-Bueno, si quieres podemos mirar una peli o algo.
-Vale - dije sonriendo después de aguantarle la mirada.
Entramos a su casa y me senté en el sofá mientras ella buscaba una película.
-¿Que te apetece mirar?
-Me da igual, eligela tú y el próximo día yo.
No debí dejar que la eligiera ella. Me tuve que tragar la película más romántica y aburrida que tenía en su casa.
-Justin te estás durmiendo - me zarandeó.
-Ya lo sé - dije abriendo los ojos - Intento estar despierto pero no puedo.
-No importa - sonrió mientras se acomodaba en mi pecho.
No recuerdo cuando volví a dormirme pero Layla me despertó.
-Justin ya se ha acabado, deberías quedarte a dormir.
-No, ya me voy - intenté levantarme y el sueño me mareó un poco.
-Estas medio dormido, así no puedes conducir - susurró - Túmbate que te traeré una manta.
Me volví a tumbar y esperé a que Layla volviera. Me arropó con la manta y me besó la frente.
-No eres mi madre - la cogí del brazo y la atraje a mi para besarla.
-Tienes razón - dijo entre susurros - Avisaré a mi madre de que estás aquí para que mañana no te despierte.
Asentí y me dí la vuelta para estar más cómodo. Layla pasó por mi lado y le cogí la mano para que no se fuera, pero dejé que mis dedos se escurrieran entre los suyos y me envolviera el sueño.
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Pearls of Evil
Romance[Español] Justin Bieber es buscado en más de 22 estados por la policía. Se le acusa de tráfico de armas y droga y del asesinato de más de sesenta personas, entre ellas, policías y jefes de otras bandas. Justin tendrá que esconderse o morir. ¿Pero e...