Capitulo 12

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Al día siguiente la volví a recoger y traer de su instituto. Me vestí algo más elegante de lo normal, me puse colonia y me peiné mi pelo, ahora castaño.

Sonó el timbre y no tardó en salir de entre la multitud, esta vez con una pequeña sonrisa en los labios al verme. Se despidió con la mano de una chica morena y caminó más deprisa para alcanzarme.

-Tengo que contarte una cosa - sus ojos irradiaban felicidad.

-Vale, pero antes quiero llevarte a un sitio - le cogí los libros de las manos.

Durante el viaje no saqué el tema del beso de la tarde anterior, y ella tampoco lo hizo.

-¿Dónde vamos?

-Es una sorpresa, ya casi llegamos.

Aparqué el coche y frente a nosotros se encontraba la orilla del río.

-Esto no es todo - me desabroché el cinturón y salí del coche. Ella salió junto a mi.

Ryan y Kate me había ayudado a preparar la orilla de la manera más romántica que pudiéramos imaginar. No suelo hacer este tipo de cosas, porque éste no es mi estilo y nunca me había vuelto a enamorar desde el instituto.

Un camino de gasolina en llamas nos guiaba hasta un mantel estirado sobre el suelo y una cesta de picnick.

-¿Y esto? - su rostro reflejaba su sorpresa.

-¿No te gusta?

-Claro que sí - me sonrió y la cogí de la mano para llevarla hasta el picnick.

Nos quitamos los zapatos y nos sentamos el uno frente al otro. Abrí la cesta y empecé a sacar algo de comida.

-¿Que querías contarme? Parecías feliz.

-Esto es demasiado para mi, Justin - sonrió.

-Si quieres podemos irnos - cambié mi sonrisa por una mueca.

-No importa - volvió a sonreír - He conocido a un chico nuevo, ahora nos sentamos juntos.

-Me alegro muchísimo - le dí uno de los sándwiches que había preparado.

-Él, - hizo una pausa mientras desenvolvía el bocadillo - él también ha pasado por lo mismo que yo. Me está ayudando mucho - dio un bocado y yo también al mío - me ha defendido delante de la clase.

-Te gusta, ¿verdad? - fui directo al grano.

-No, claro que no. Solo es un amigo.

-Dilo. No me importa - dejé mi bocadillo.

-Justin no me gusta! - subió el tono de voz.

-Admítelo.

-No es verdad por eso no lo admitiré.

-¿Como se llama? - dije mientras engullía mi sándwich.

-Tyler - murmuró - ¿Oye podemos cambiar de tema?

-Claro! - dije con sarcasmo.

-Estoy harta de tus malditos celos - se levantó.

-¿A dónde vas? - me levanté.

-¡A casa!

-Te acompaño - empecé a recoger las cosas.

-Espera, te ayudo - Me ayudó a guardar las cosas en el maletero - Me voy ya.

-Deja que te lleve - No me hizo caso y continuó caminando.

Dejé que se fuera, sabía que insistir no serviría de nada. Entré en el coche, encendí un cigarrillo y exhalé el humo de mis pulmones lentamente mientras se me escapaba una pequeña lágrima. Me la sequé y decidí recogerla, estaba oscureciendo y no es seguro que una chica ande sola por las calles.

Encendí el motor y empecé a conducir sin prisa hasta que la vi caminando sola por la acera. Frené el coche cerca de ella y bajé la ventanilla del coche.

-Guapa, sube que te llevo.

-Subiré si dejas de decir eso - sonrió de lado mientras abría la puerta.

-Hecho - aceleré de nuevo después de sujetar el cigarrillo entre mis labios.

El resto del viaje se consumió en el silencio hasta que llegamos a su casa. Aparqué el coche y apagué el motor.

-Tendrías que ser menos celoso - me miró directamente a los ojos.

-No puedo evitarlo - volvió el silencio hasta que lo rompí - ¿Sabes? Una vez me prometí que no volvería a enamorarme.

-¿Y estás cumpliendo la promesa?

-Para nada - dije triste - Pero tengo miedo a enamorarme y que ella no sienta nada por mi-

-¿Y si no es así? - me cortó - ¿Y si ella sí siente lo mismo que tu sientes? - hizo una pausa y respiró profundamente - Justin, eres muy importante para mi. Me ayudaste con mis problemas y me salvaste la vida y eso es algo que nunca podré acabar de agradecerte-

-¿Pero?

-No hay 'pero' - acercó sus labios a los míos y me besó como la primera vez.

Me desabroché el cinturón de seguridad y ella también, para poder estar más cerca el uno del otro. La cogí de la cintura mientras besaba su cuello y la puse sobre mi regazo. Dejé de besarla y recorrí con la mirada cada uno de sus rasgos, sus ojos, su nariz, sus mejillas.

-Es imposible cumplir mi promesa cuando te tengo delante de mi - volví a besarla y puse mis manos en su cintura.

-No, Justin - puso sus manos sobre mi pecho y me empujó para separar nuestros labios y mirarme a los ojos.

-No pasa nada - le aparté el pelo del cuello y se lo volví a besar.

-No - volvió a apartarme.

-Cuando una mujer dice que no... - antes de acabar la frase la aparté de encima de mi bruscamente.

-Bueno, si quieres podemos mirar una peli o algo.

-Vale - dije sonriendo después de aguantarle la mirada.

Entramos a su casa y me senté en el sofá mientras ella buscaba una película.

-¿Que te apetece mirar?

-Me da igual, eligela tú y el próximo día yo.

No debí dejar que la eligiera ella. Me tuve que tragar la película más romántica y aburrida que tenía en su casa.

-Justin te estás durmiendo - me zarandeó.

-Ya lo sé - dije abriendo los ojos - Intento estar despierto pero no puedo.

-No importa - sonrió mientras se acomodaba en mi pecho.

No recuerdo cuando volví a dormirme pero Layla me despertó.

-Justin ya se ha acabado, deberías quedarte a dormir.

-No, ya me voy - intenté levantarme y el sueño me mareó un poco.

-Estas medio dormido, así no puedes conducir - susurró - Túmbate que te traeré una manta.

Me volví a tumbar y esperé a que Layla volviera. Me arropó con la manta y me besó la frente.

-No eres mi madre - la cogí del brazo y la atraje a mi para besarla.

-Tienes razón - dijo entre susurros - Avisaré a mi madre de que estás aquí para que mañana no te despierte.

Asentí y me dí la vuelta para estar más cómodo. Layla pasó por mi lado y le cogí la mano para que no se fuera, pero dejé que mis dedos se escurrieran entre los suyos y me envolviera el sueño.

Pearls of EvilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora