Capítulo 40: Preguntas pensantes

210 33 8
                                    


En ocasiones creemos que hay situaciones que nos llevan al final de un ciclo, pero en realidad es solo el nudo de la historia. Nos falta un trecho para que esto llegue a su fin.

- Hijo de p*.- Escucho a Gus gritar detrás de mí, me saca de la puerta y prácticamente se tira sobre Laian y lo arrincona contra la pared del departamento de enfrente.- No tienes vergüenza, eh.- dice hablándole cara a cara y con mucho odio.

- No sé de lo que hablas.- dice Laian con cinismo.

- Eres un canalla, un cobarde, los tipos como tú no tienen que andar caminado por la calle.- dice Gus. Es una persona bastante pacifica, siempre buen humor, pero hoy ha perdido los estribos.- Nunca más te quiero ver cerca de mi prima, hijo de p*.

- Tú no eres quién para prohibirme nada.- aclara Laian.

- No le pondrás una mano encima nunca más, me aseguraré de eso.-

- ¿Me estás amenazando?

- Tómalo como quieras, solo quiero que lo sepas.-

- Nada va a alejarme de ella porque ella es mía.- aclara Laian y en ese momento veo como el puño de Gus impacta directamente en la boca de mi (ex) novio.

- ¡Gus!.- grito.- Basta, no vale la pena.- digo. Laian se agarra la cara y luego se mira sus manos, le sangra el labio.

Agarro a Gus de los brazos por detrás y él retrocede.

- Será mejor que te busques un buen abogado.- dice Laian.

- Te estaré esperando.- asegura Gus.

- Y tú, Ama. Algún día te quedarás sola, estaré esperando ese momento y te aseguro que lo aprovecharé al máximo.- dice. Me corre un sudor frío por la espalda y el miedo invade mi cuerpo, porque sé que ese no es Laian, a Laian lo he perdido hace mucho tiempo ahora solo queda Mr. Hide. Gastón lo provocó y ahora no me quedan dudas que buscará venganza.

Laian va camino al ascensor mientras varios vecinos de mi piso salen a ver qué pasa, haciendo caso omiso a las cara se confusión que tienen. Veo a Lai subirse al ascensor y me echa una última mirada inquisidora antes de que las puertas se cierren.

- Entremos.- le digo a Gus. Se da vuelta y me abraza fuerte tomándome entre sus brazos.

- Mientras yo esté aquí, él no va a hacerte daño. Lo prometo.- dice mirándome a los ojos y le creo.- Ya no estás sola, estamos juntos en esto.- asegura.

- Lo sé.- digo.

***********

A la mañana siguiente, dejé a Gus en el trabajo y yo me fui para el mío. Trato de seguir con mi rutina y enfocarme en otra cosa que no sea el encuentro con Laian.

- Hola, adelante.- digo abriéndole haciendo pasar a nuestra próxima clienta que tiene un nombre bastante extraño.- Ivelisse ¿no?

- Sí, soy yo. Un gusto conocerte.- dice ella con un acento puertorriqueño muy marcado.

- El gusto es mío.- digo.- Por aquí por favor.- le indico el camino y la hago pasar a nuestra oficina en donde hacemos las entrevistas.- Ella es Lisa, mi mejor amiga y socia en este emprendimiento, cada trabajo lo hacemos juntas.

- Es un gusto conocerte, Ivelisse.- saluda mi amiga.

- Gracias por recibirme a ambas.- dice.

- Por favor, cuéntanos qué tienes en mente.- digo una vez que nos sentamos.

- Como lo han notado, yo soy boricua y estoy viviendo aquí en este país ya hace 5 años, vine a buscar oportunidad de trabajo, ya que mi prima vivía aquí y le iba bastante bien. Hace 4 años estoy de novia con Emiliano, él es de aquí, nos conocimos en un bar. Como la que me acerqué a hablar con él la noche en que nos conocimos fui yo, la que dio el primer paso fui yo, yo quiero proponerle matrimonio.- dice así sin más con Lisa nos miramos asombradas y ambas pegamos un grito de emoción. Sí, ya sé es poco profesional, pero esto es una emoción.

Cuando Caiga el SolWhere stories live. Discover now