Capítulo 36: Recuerdos violentos

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⚠ Advertencia: Esto es un llamado a la solidaridad, se solicita la presencia de una taza de té de tilo antes de leer el capítulo de hoy. Las emociones que provoque el siguiente escrito es de entera responsabilidad del lector/a. Ahora sí, lean. 

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Todo lo que tienes que hacer es muy sencillo, cuando la ves pasar, cierras los ojos y pides un deseo mientras lo crees con todo tu corazón solo así se hará real. Eso decían, pero la estrella fugaz pasó sin dejar rastro y arrastró su deseo con ella, porque ese deseo nunca se cumplió.

- ¿Estás segura que quieres hacer esto?.- pregunta Lisa.

- Sí, estoy segura.- respondo mientras tomo mis cosas.- Cristian está esperándome afuera para llevarme con Irina.

- Te cuidado, Ama. Relájate, porque no sabes con lo qué vas a encontrarte.- dice.

- Lo sé.- digo.- Estoy ansiosa.- admito.

Es lunes, Cristian llamó a Irina al día siguiente de estar en mi casa después de lo que pasó con los Fox. Ella accedió a hablar conmigo. Irina es todo un misterio para mí, no usa redes sociales o tal vez no puede encontrarla, no conozco su cara, o dónde vive. Solo es un nombre que para mí será la respuesta a muchas incógnitas que hoy tengo.

Voy a dar el siguiente paso, pero de verdad necesito conocerla antes.

- ¿Estás lista?- pregunta Cristian.

- Ya dejen de preguntar si estoy lista, se siente como si iría a tomar una decisión que cambie mi vida o iría a la guerra.- respondo con algo de frustración.

- Tal vez no vaya a la guerra, pero seguramente cambie algo en ti.- asegura y el resto del camino es solo silencio.

Mi cabeza iba tan rápido que podría ganarle a cualquier formula 1.

¿Y sí ella lo denunció y los Fox la destruyeron moralmente? ¿Y si ella está amenazada por ellos? ¿Y si todavía tiene secuelas de algo?

Ama. Basta. Un paso a la vez, un paso a la vez. Suspiro.

Entramos a una zona residencial de casitas coloniales con jardines bien podados y techo a dos aguas. Todo es muy tranquilo y todas las casas son muy lindas y cuidadas.

- Llegamos.- dice Cristian.

Suspiro.

- ¿Te quedarás no?- pregunto

- ¿Qué quieres que haga?- pregunta. Estoy indecisa, no sé qué hacer...

- Vamos.- digo y nos bajamos del auto. Camino nerviosa hasta la puerta. Está de más decir que la casa es preciosa. Cristian se adelanta y toca el timbre, me paro a su lado.

- Tranquila.- dice y toca mi espalda de manera protectora. Una llave se escucha en la puerta y se abre.

- ¡Hola!- una chica rubia y con muletas excesivamente alegre aparece del otro lado.

- ¡Irina!.- exclama Cristian y le da un brazo.

- ¡Cris! Hace meses no vienes ¿en qué andas? Me sorprendió tu llamado.- dice ella.

- Mucho trabajo, me ascendieron hace unos meses y mi trabajo se ha triplicado.- explica él

-Tenemos que hablar de eso.- dice ella.- No nos vemos desde mi última operación.- aclara.

Seguramente tuvo un accidente de transito o algo así, su pierna izquierda está vendada.

- Iri, ella es Ama.- dice Cristian haciéndose a un lado. El semblante de Irina cambian.

Cuando Caiga el SolWhere stories live. Discover now