Capítulo 18: Hipnosis

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Advertencia: Este capítulo contiene escenas sexuales. No me hago responsable, lo leen bajo su propio consentimiento. 

PD: Deje una nota muy importante abajo, necesito su ayuda. Vayan a leerla porfis. 

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La hipnosis. Cosa rara. A decir verdad siempre me dio miedo la idea de que alguien se meta en tu cabeza y te de órdenes. Me parece una invasión a la privacidad.

Leí en internet que una asociación de psicología británica describe a la hipnosis como una interacción entre una persona y el hipnotizador, en esta interacción el hipnotizador influye en los pensamientos, sentimientos y acciones de la persona hipnotizada quedando completamente a su merced, y lo hace a través de imágenes e influencia verbal.

Un dato muy relevante he importante, esto es completamente voluntario y el estado de conciencia puede ser retomado por el hipnotizado si lo desea. Esto quiere decir que si el hipnotizado quiere salir del trance puede hacerlo por voluntad propia.

Después de todos estos datos es importante que sepan que Laian es un hipnotizador por excelencia.

- ¡Wow!- exclama entre jadeos y cayendo a mi lado en la cama.- Te necesitaba demasiado.- dice, me toma del brazo y me sube encima de él. Estoy exhausta. Lo rodeo con mis piernas y me acuesto en su pecho.

- Necesito un buen baño y un buen trago de agua fría.- digo. La última hora y media nos pasamos teniendo sexo. A decir verdad, lo necesitaba, lo entrañaba. Sí. Estoy enferma. No sé cómo caí una vez más.

- No me vendría mal un baño.- dice acariciando mi espalda. Lo amo.- Prepara la bañera con esas cosas que le pones y tu piel huele rico, yo voy a buscarte agua.- dice.

- Está bien. Espera que me pueda recuperar de esto.- digo aferrándome más a él. Su cuerpo está caliente, arde, está transpirado y pegajoso, no es tan reconfortante como parece estar en la posición que me encuentro en este momento, pero tenerlo así hoy es lo mejor que pudo pasarnos en mucho tiempo.

Tomo mi teléfono y miro la hora. 1.30 am. Mañana hay que trabajar.

- Son las 1.30. es muy tarde. Mañana tenemos que levantarnos temprano.- digo saliendo de encima de él. Y me toma del brazo volviéndome al lugar.

- Te amo. Nunca olvides eso.- pide. Sus ojos se ven sinceros y prometedores, aunque algo exhaustos.

- Yo también.- digo mirándolo a los ojos.

- No.- dice.

- ¿No, qué?- pregunto frunciendo el ceño.

- No digas "yo también" como si aceptaras lo que estoy diciendo.- responde.- Di que me amas.- pide.

- Te amo, Lai.- digo.

- Así está mejor.- asegura besándome.

Preparo la bañera con mis sales de baño y entro en ella, y Lai entra también quedando detrás de mí, de modo que quedo apoyada de espalda en su pecho.

- Estas sales me encantan.- digo con los ojos cerrados. Todo huele a rosas y a lavanda.

- Te dejan un aroma muy lindo en tu piel, me dan ganas de comerte.- dice mordiendo el lóbulo de mi oreja. Me da cosquillas. Sigue su camino de besos hasta mi hombro y con sus manos acaricia cada centímetro de mi cuerpo.

Cuando Caiga el SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora