34

7.6K 646 89
                                    

- A las seis te recojo en la puerta, ¿entonces?

- Eso es. Voy a apagar el móvil ya, que empezamos en nada y aquí son todos más serios…

- Eso te pasa por trabajar con la competencia, Nat.

- Tengo que repartir mi talento – bromeó.

- Comparte, comparte – rio la rubia-. Luego nos vemos, bonita.

- Hasta ahora, Albi – le lanzó un beso antes de colgar.

Natalia tenía sesión para la revista Elle, la “competencia". En realidad, la rivalidad no era para tanto, pero a Alba le había hecho gracia meterse con ella por la traición a Vogue. Aunque rápido se había ablandado para proponerle irla a buscar para verse cuando terminara.

Iban a realizar un shooting para Balenciaga. Natalia sabía que había más modelos, pero no fue hasta que salió de vestuario que coincidió con alguno. Carlos, que así se llamaba el moreno que esperaba en uno de los sofás, le contó que había una chica haciendo fotos individuales y que, cuando las hicieran todos, tendrían lugar las grupales.

Poco más de diez minutos después, llamaron a Carlos y, en su lugar, entró en la improvisada sala de espera la que se suponía que era la otra modelo. Miriam, la había llamado uno de los técnicos.

- Hola, Miriam, soy…

- Natalia Lacunza – interrumpió la rubia su presentación, escupiendo su nombre de mala gana.

¿Cómo sabe mi nombre?

¿Y por qué me mira así?

- ¿Nos conocemos? – frunció el ceño.

- ¿No sabes quién soy? – alzó las cejas Miriam, irónica.

- Eh, no… No me suena haber coincidido antes, aunque igual me equivoco… – dudó la morena.

- ¿Ni siquiera te ha hablado de mí? Flipo…

- ¿Quién? – se confundió aún más la morena.

- Tu novia. La que me robaste – espetó, chasqueando la lengua.

- Yo… yo… No tengo novia, no sé de qué me hablas.

- De Alba Reche, te hablo. Soy Mimi, su ex – rodó los ojos, fastidiada por tener que darle la explicación.

- Eh… Mimi…

- ¿De verdad que no te suena de nada? ¿Ni siquiera te ha hablado de mí? Dime – insistió, ante el silencio de la morena.

- No sabía tu nombre, ni vi fotos – explicó, justificándose, sin saber por qué lo hacía.

Natalia no sabía dónde meterse, ni qué más decir. Mimi lo hizo por ella.

- No sé qué te vio – se cruzó de brazos-. Éramos muy felices, ¿sabes?

- No estoy segura de que Alba pensara lo mismo - trató de contradecirle, con todo el tacto que supo.

- Se obsesionó contigo, como se obsesiona con todo. También lo hizo conmigo, no es la primera vez que le pasa, ni será la última. Eso tenlo bien claro.

- No…

- Sé cómo te sientes cuando estás con ella – la ignoró, para seguir hablando-. Especial, ¿verdad? Importante, guapa, única. ¿A que sí? Pues no es real, cuando menos te lo esperes, ya no lo eres.

- Alba no…

- Nos queríamos, Natalia – la interrumpió-. Vivíamos juntas, teníamos una relación genial, todo iba de puta madre y lo jodiste. Nos destruiste. ¿Y para qué? Para que echéis cuatro polvos hasta que se canse también de ti.

desnudArte | AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora