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Natalia llevaba durmiendo más de doce horas y, por lo menos tres, ignorando la constante vibración de su móvil, hasta que no fue capaz de pasarlo por alto más tiempo.

Se desperezó, dio tres vueltas en su amplísima cama de matrimonio para ella sola y buscó a tientas el dispositivo en la mesilla de noche. Abrió un ojo y contempló la ingente cantidad de mensajes y notificaciones en sus redes sociales.

¿Qué habrá pasado?

La carrera de la modelo estaba creciendo poquito a poco y, por tanto, no le era rara la actividad en sus plataformas, pero sí a ese nivel.

Tampoco eran muy normales las llamadas perdidas de su mánager, que precisamente la volvió a llamar en ese instante.

- ¡Natalia, por fin! – celebró, por su tono de voz, no podía estar ocurriendo nada malo.

- Sab, ¿qué pasa? Hoy no tenía nada, ¿no? Dime que no, que me estoy muriendo de jet lag... - suplicó.

- Claro que no, tienes dos días libres. Para que luego me digas que te exploto… - bromeó.

- Pues últimamente me tienes como una peonza de aquí para allá, Sabeliña - protestó.

- Y me temo que va a ir a más.

- ¿Tiene algo que ver con que tenga el móvil petado?

- Tiene todo que ver. Las fotos de Vogue salieron hace unas horas.

- ¿Qué fotos? - frunció el ceño, aún desubicada.

- Las de Alba Reche.

Ahí sí que se despertó de golpe. Se le quitó el jet lag en un segundo.

- ¿Y por eso tanto revuelo? – hizo una mueca, aunque Sabela no pudiera verlo.

- Es que son una pasada, Nat. Sé que no quisiste ver ni el adelanto pero ha sido... – bufó, al no dar con las palabras adecuadas-. Está literalmente todo el mundo hablando de las fotos, de ti... Mi teléfono está que hecha humo.

- Me alegro - fue todo lo que dijo Natalia tras un silencio eterno.

- No se nota.

- Ya te dije que fue una experiencia... rara.

- Pues de verdad que el resultado es increíble. Es tu mejor trabajo hasta la fecha. Es que eres... simplemente tú, no sé como explicarlo. Es otro rollo.

- Ya - chasqueó la lengua, podía intuir a lo que se refería.

- Me he encargado de que te hagan llegar la revista, la debes tener en el buzón. Échale un ojo y me dices qué te parece.

- Me lo pensaré – se hizo de rogar.

- Hazlo, las vas a ver igualmente. En cuanto le hagas caso al móvil te darás cuenta. Están por todos lados.

- ¿Ella ha dicho algo al respecto?

- ¿Quién?

- Nada, nada - reculó-. Voy a disfrutar de mis días de descanso, que las sesiones en Los Ángeles me ha dejado para el arrastre.

- Lo siento. Intentaré cuadrarte mejor los horarios para la próxima.

- Y yo te lo agradeceré eternamente, Sab - reconoció antes de colgar.

Se tumbó de nuevo en la cama, boca arriba esta vez. Desbloqueó el móvil y entró solamente a aquellos chats estrictamente necesarios.

El de la familia.

*Papá*

"Qué bien sales, cariño"

*Elena*

desnudArte | AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora