13

9.9K 819 223
                                    

Natalia revisaba el calendario que Sabela le acababa de pasar y sus ojos viajaron rápidamente a un evento marcado en rojo: A Oscuras - Alba Reche.

Era en las oficinas de Vogue y no tenía hora de finalización. Le preguntó a su representante, que le indicó que la fotógrafa le había informado que eso dependía de la sesión y que, si se excedían de las tres horas, las cobraría extras y a precio de oro.

Mínimo tres horas a solas con Alba Reche sin límites.

Natalia no pudo evitar imaginar en su mente cómo se desarrollaría la sesión.

Estaba segura que habría mucho de la tensión de la primera que compartieron, pero a la vez, ya se conocían lo suficiente como para que intervinieran ciertos matices.

A Oscuras.

Sonaba turbio, íntimo, excitante.

También sonaba a meterse en la boca del lobo por voluntad propia.

Sabela le envió otro mensaje para informarle de que las únicas indicaciones que había dado la fotógrafa era que asistiera con ropa negra y sin maquillaje.

El negro es tu color.

Natalia podía rememorar con todo lujo de detalles el repaso que le dedicó Alba cuando piropeó su conjunto de lencería cara en la sesión para Victoria's Secret.

Se dirigió nerviosa perdida hacia el set que le indicaron en la entrada.

Debería haber dicho que no.

Puedo entrar, decir que cancelo, y volverme a mi casa.

Tengo la cláusula.

Alba no había salido a recibirla, apostaba que estaría esperándola escondida en una esquina de la sala para hacerle fotos desde que pusiera un pie dentro.

En efecto, escuchó el disparo de la cámara nada más entrar al estudio, minimalista pero oscuro.

Alba llevaba un vestido negro ligero, a conjunto con la camiseta de manga larga y pantalones del mismo color que vestía Natalia.

La única claridad era la de los focos de luz dispuestos apuntando hacia una de las paredes.

- Hola, Natalia. Gracias por venir - le sonrió la fotógrafa.

- Hola. De nada - correspondió la otra, sintiéndose tan observada como la primera vez.

Tengo la sartén por el mango. No pasa nada.

- ¿Qué música te gusta? - le preguntó la rubia, dirigiéndose a su portátil que, junto al resto de equipamiento, estaba en una mesita.

Empieza el interrogatorio. ¿Por qué necesitará siempre saber tantas cosas?

- Depende de para qué - dudó Natalia, acercándose a la posición de la fotógrafa, como si tuviera un imán.

- Para este momento - evidenció Alba, abriendo los brazos.

- No sé qué es lo que tienes preparado...

- Ya, pero ahora mismo. ¿Qué música?

- ¿De verdad es tan importante?

Alba rodó los ojos.

Inspiró y expiró para no soltar una bordería de las suyas.

- Sí, es importante.

Es importante porque me muero de curiosidad por saber qué música escuchas, Natalia Lacunza. Eso dice mucho de las personas.

Un silencio y tensión que se cortaba con un cuchillo.

desnudArte | AlbaliaWhere stories live. Discover now