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Natalia se encendió un cigarro nada más salir del edificio.

¿Qué coño he hecho?

Repasaba la conversación en su mente e intentaba encontrar el momento exacto en el que sus muros se habían derribado y las ganas de saberla expuesta habían podido más que sus ansias de autoprotección.

Condujo su moto hacia casa de María casi inconscientemente. Necesitaba con urgencia su opinión.

- ¿Que le has dicho que sí? – flipó en colores la tatuadora.

- Sí, Mari… - se mordió el labio, insegura-. La he liado, ¿no?

- Yo creo que has hecho lo que tenías que hacer. Es un proyecto increíble a nivel profesional, perdértelo sería una pena.

- En eso estamos de acuerdo. Pero lo de trabajar con Alba…

- Tú eres mucho más fuerte de lo que te piensas. Una fotógrafa genia y especialita no va a poder contigo, Wonka – le aseguró.

- ¿Tú crees?

- Sí, además lo estás haciendo genial últimamente con lo de la cláusula. Uf, va a ser increíble, las mejores fotos de la historia – vaticinó.

- Pero en la última sesión no me expuse. Y la fachada no me sirve para este proyecto, obviamente. Me da miedo dejarme llevar y caer de nuevo – confesó la modelo.

- Pero estás dispuesta a hacerlo.

- Sí - suspiró-. Ella lo va a hacer también, se ha comprometido.

- ¿Ella? – frunció el ceño la Mari.

- Sí. Le he dicho como me sentí las otras veces y que no quería desnudarme y ella me ha ofrecido hacer lo mismo.

- Por eso has aceptado – adivinó la rubia-. No porque te interese el proyecto.

- Me interesa el proyecto - corrigió-. Es la hostia. Pero no habría dicho que sí, sino me hubiera propuesto desarmarse y estar en las mismas condiciones. No sabes cómo me lo dijo… Es que no he podido decir que no.

- Me lo puedo imaginar, aunque tú estabas muy segura de hacerle la cruz para siempre. Ha tenido que ser muy convincente para hacerte cambiar de opinión en un momento.

- Más que convincente era otra cosa. Necesidad.

- ¿Necesidad? ¿Esa loca? – flipó.

- Sí, te lo juro. Mari, sé que es un sinsentido, pero en el fondo hay algo entre las dos, por más que ella haga como que todo es parte del juego de la foto perfecta… Alba lo sabe. En el fondo, le pica la curiosidad tanto como a mí.

- Algo hay, la química es innegable – le dio la razón-. ¿Pero y eso de que no querías crear lazos emocionales, no querías sufrir y blablabla? Te ha tratado fatal.

- Ya lo sé, pero es que no lo puedo evitar. Siento que detrás de su coraza… Ay, mira, no sé. Dejémoslo en que soy imbécil. Con lo bien que lo estaba haciendo ignorándola las últimas veces, voy y me meto en este lío – se tapó la cara con las manos.

- Cuando la cabeza y el corazón dicen cosas opuestas es jodido, ¿eh?

- No sabes cuánto. Voy a intentar ir con cuidado, pero la verdad es que me muero por poner a prueba sus instintos, igual que hizo ella con los míos… Todo es demasiado intenso, soy una contradicción con patas – se lamentó.

- Tienes un corazón masoquista.

- Eso parece. Pero si lo vuelvo a pasar mal, aunque sea un momento, rescindo el contrato. Lo he negociado. De hecho, podría decir que no ahora mismo.

desnudArte | AlbaliaWhere stories live. Discover now