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“Llámame cuando salgas, ¿vale? Todo va a ir genial, ya lo verás"

Alba leyó el mensaje de Natalia justo antes de acudir a su primera cita con Marta, su nueva psicóloga, un par de semanas después de que Sabela las presentara a petición de la modelo. La rubia sonrió inevitablemente ante esas palabras, que la llenaron de fuerza para enfrentarse a ese nuevo paso en su vida.

- Nat, acabo de salir. ¿Te pillo bien? – preguntó la fotógrafa, que no se resistió a llamarla en cuanto se despidió de su recién estrenada psicóloga.

- Sí, hemos terminado la jornada hace un ratito y acabo de llegar al hotel. Pero, cuéntame, ¿cómo ha ido?

- Pues no sé, creo que bien. Marta es muy maja, me ha hecho algunas preguntas. Dice que esto es un proceso… que todo es empezar, ¿sabes?

- ¿Has estado cómoda?

- Bastante, aunque lo de contarle mis cosas así como así… No sé… - dudó.

- Bueno, poco a poco. El primer paso ya está dado, ahora solo hay que seguir andando hacia adelante.

- En realidad, estoy muy contenta – reconoció.

- Y yo muy orgullosa, tú deberías estarlo también.

- En el fondo, lo estoy un poco – confesó-. No sabía si me atrevería a ir y lo he hecho.

- Lo has hecho, bonita.

- Tú sí que eres bonita.

Natalia se mordió el labio al otro lado de la línea.

- Si me pones esa vocecilla, me dan ganas de pillar un avión y dejar plantados a estos franceses.

- No. No puedes hacer eso, que luego me quedo yo sin disfrutar de las fotos – rio la fotógrafa.

- ¿Quieres disfrutarlas ya?

- ¿Las tienes? – se emocionó la rubia.

- Puede que tenga un adelanto, así sin editar, como a ti te gusta – le puso los dientes largos.

- ¿Y qué haces que no me lo has mandado ya? – se impacientó.

- Es que cuando te las enseñe vas a tener envidia de no haberlas hecho tú… No sabes lo guay que era el outfit, súper extravagante.

- ¡Nat, envíame las fotos ya! No seas mala – pidió.

- ¿Qué me das a cambio, a ver?

- ¿Cenamos juntas cuando vuelvas?

- Claro que sí, eso ya lo daba por hecho, Albi. Tenemos que celebrar.

- ¿El qué? ¿Que voy a terapia?

- No, que estás mucho mejor y más que vas a estar yendo a terapia – reformuló.

- Vale. Entonces, ¿qué quieres a cambio de las fotos?

- Te las acabo de enviar, en el fondo soy una blanda – reconoció.

Alba se apresuró en comprobarlo, sin tiempo que perder.

- ¡Madre mía! ¡Me encanta! – chilló, entusiasmada, analizando con detalle el traje rosa y la camisa con volantes que lucía como nadie.

- ¡Lo sabía!

- Te queda genial, es que es lo típico que solo a ti te queda bien.

- ¡Anda ya!

- Te lo digo de verdad. Ay, es que no puedo parar de mirarlas. Eres tan guapa y tienes tanto rollo.

desnudArte | AlbaliaWhere stories live. Discover now