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Alba escuchaba en bucle Only de RY X a través de sus auriculares inalámbricos, tumbada en el sofá.

La fotógrafa daba mucha importancia a la música: como banda sonora, como canalizadora de emociones, como nexo de unión, como fuente de inspiración y también como forma de conocer a las personas.

La canción favorita de cada uno, en parte, le define. Quizás era por eso que no podía dejar de escuchar el tema que había elegido la modelo.

En las sesiones no se habla de las vidas de los que participan, de su personalidad, de sus gustos, de sus miedos.

Todo es un juego relacionado con intuir, capturar suficientemente la esencia para que las fotos lleven a quien las mire a preguntarse todas esas cosas sobre el que es retratado.

El problema de Alba era que, incluso las fotos llenas de sensaciones casi vivas que había tomado, no le eran suficientes. Quería saber más sobre Natalia.

Mucho más.

Más allá de que era una mujer guapa, atractiva, una modelo perfecta… a ella le parecía sumamente interesante. Le gustaba su aura y esa cosa indescriptible que tenía lugar cuando compartían espacio. Que se multiplicaba por mil cuando conectaban miradas y la veía por dentro. Y ya cuando se tocaban…

Cerró los ojos con fuerza.

Y la obviedad de lo que le pasaba cayó como un jarro de agua fría sobre ella.

Mierda.

- Tenemos que hablar – le dijo a Mimi, en cuanto esta llegó a casa.

A su chica le bastó con mirarla a los ojos para entender que se había dado cuenta de la situación.

Que se le había caído la venda de los ojos, finalmente.

Se sentó a lo indio en el sofá, al lado de la fotógrafa y atrapó su mano con la suya, entrelazando los dedos.

- No sé… no sé qué me pasa – se rompió Alba, apretando los ojos cerrados con fuerza para contener las lágrimas-. Pero tenías razón, las cosas han cambiado. No sé si he sido yo sola o el hecho de que Natalia…

- ¿Ha pasado algo entre vosotras? – preguntó Mimi, desviando la mirada al suelo, pues temía por la respuesta.

- No, no, no ha pasado nada. Pero… Joder, Mimi, algo me pasa con ella. Y me siento fatal porque yo te quiero pero… no lo puedo frenar. Pensaba que era una obsesión más de las mías, de la Alba fotógrafa, pero…

No lo es. No hay manera de que lo sea.

- Ya – musitó su novia, tragando saliva.

Mimi sabía que no estaban bien, intuía que su relación hacia aguas.

No. No lo intuía, estaba completamente segura. Pero una cosa era pensarlo y otra ver como lo que tenían se le escapaba de entre los dedos sin remedio.

- Ella me odia, yo la he tratado fatal y, probablemente, nunca acabe pasando nada entre nosotras, pero siento que te pongo los cuernos solo con compartir espacio porque…

- Vale, ya está, suficiente, Alba. No quiero escucharlo.

El golpe de realidad escocía demasiado.

- Lo siento, Mimi, de verdad. Lo siento. Yo no quería que esto pasara – se retiró un par de lágrimas que bañaban sus mejillas.

Cuántas veces nos he imaginado juntas en el futuro y ahora…

Ahora no hay nada que proyectar.

desnudArte | AlbaliaWhere stories live. Discover now