27

10.5K 761 346
                                    

- Un placer desnudarte, Alba Reche.

La rubia fue a dedicarle una sonrisa, pero se topó con una expresión seria y dura en la cara de la modelo. La fotógrafa parpadeó varias veces, dándose de nuevo de bruces con su gesto impasible, radicalmente opuesto al de apenas unos segundos antes.

- ¿Nat? - alzó una ceja, contrariada.

- Natalia – corrigió la modelo, volviendo a usar la cámara para capturar su desconcierto.

- ¿Cómo?

- Que para ti soy Natalia – la miró a los ojos para decírselo.

La firmeza y la frialdad absoluta, tanto en su voz como en su actitud, le pusieron los pelos de punta a la rubia. Alba no podía reaccionar, sólo supo taparse con las sábanas en un acto inconsciente de autoprotección.

- N-nat, ¿qué dices? – preguntó, con los ojos aguados y la voz temblorosa.

- ¿De verdad pensabas que había caído en tu red? Ahora eres tú la que está enredada, mírate.

Fue la mirada llena de desprecio la que terminó de romper en mil pedazos el corazón de la fotógrafa.

- Pero, pero… - balbuceó.

- La gente no cambia, Alba Reche. Y yo no soy tan tonta como crees. ¿Cómo me voy a fiar de ti? Solo quería que probaras de tu propia medicina. Dime, ¿cómo te sientes?

Alba no dijo nada. No podía.

¿Qué está pasando?

- Venga, te ayudo. ¿Humillada, vulnerable, engañada, manipulada, quizás?

- Basta, esto no... no puede estar pasando – murmuró, alterada.

Natalia soltó una risa sarcástica mientras recuperaba su batín para cubrirse.

- ¿Basta? – chasqueó la lengua-. Es lo que te mereces. No me digas que no, Alba. Una persona sin escrúpulos, capaz de cualquier cosa, de manipular, de abrir en canal a los que nos ponemos delante de la cámara… Yo lo llamo justicia poética.

- N-no, no puede ser. Tú y yo… - insistió, incrédula y destrozada.

No sé quién es la persona que tengo delante.

Porque Alba la miraba, una y otra vez, y no daba crédito. La Natalia que veía, llena de rencor y retorcida satisfacción, no se parecía en nada a la que ella había conocido esos meses.

- ¿Tú y yo? Tú y yo somos modelo y fotógrafa. Nada más. Hay que ser profesional.

- Natalia, por favor… - suplicó algo de cordura, auxilio.

Tiene que ser una broma.

Pero no lo parecía.

La morena disparó el flash por última vez y contempló el resultado en la pantalla.

- Sí, creo que la tengo. – dio la vuelta a la cámara para que Alba pudiera verla también-. La foto perfecta, ¿no te parece? La puedes poner de portada del proyecto.

- N-no, no… Natalia… - trató de hablar, a pesar de que sentía su cuerpo descompensado.

- Hemos terminado – sentenció la morena, dejando la cámara en la cama, antes de desaparecer del set con un portazo.

Alba cerró los ojos con fuerza. Notó su corazón a punto de explotar, su respiración tan acelerada como desacompasada, un sudor frío recorriéndole la espalda.

Y abrió los ojos.

Y estaba en su cama. En su habitación. En su casa.

Se llevó la mano al pecho a la vez que se incorporaba y, tras eso, encendió la luz de la mesita de noche.

desnudArte | AlbaliaWhere stories live. Discover now