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Natalia estaba especialmente nerviosa cuando llegó a las oficinas de Vogue dispuesta a realizar la tercera sesión de A Oscuras, semanas después.

Alba había pedido que acudiera de rojo y la modelo obedeció. Eligió para la ocasión un vestido de cuello alto y manga corta, que era de sus favoritos, a juego con unas botas altas de infarto.

A Alba casi se le cae la mandíbula al suelo cuando la vio. Estaba realmente espectacular.

- Hace tiempo te dije que el negro era tu color, pero el rojo… - se mordió el labio.

Deberías ser ilegal.

- ¿Te gusta? Igual es demasiado pero, no sé, por alguna razón me apetecía… – dio una vuelta sobre sí misma.

- Me gusta mucho. Te queda como un guante, increíble – afirmó, haciéndole un escaneo completo.

La modelo sonrió ante el piropo. A Natalia le gustó ver que la fotógrafa estaba infinitamente mejor de ánimo, incluso más que la última vez que se vieron. No había ni rastro de tristeza en su mirada. De hecho, solo pudo descifrar cierta picardía.

No sé si me da miedo o me encanta.

- No me he maquillado, pero cuando voy de rojo me gusta siempre apostarlo todo a ese color, así que he traído esto – le mostró un pintalabios-. ¿Puedo?

- Tienes carta blanca, adelante.

Natalia caminó hacia un pequeño tocador y se aplicó el carmín con precisión y lentitud. Era un gesto simple, pero por alguna razón, estaba cargado de seducción, pues modelo y fotógrafa se buscaban a través del espejo en el proceso.

Alba, por supuesto, capturó el erótico momento con su cámara. Era todo un espectáculo, digno de ser inmortalizado para siempre.

Directo a mi carpeta personal.

Natalia juntó sus labios para sellar el color y se giró hacia la fotógrafa.

- Ya está.

- El tono es perfecto. Y muy acorde a la temática de hoy: la pasión.

Natalia tragó saliva.

- La pasión – repitió, paladeando la palabra.

La fotógrafa asintió, jugueteando con su labio inferior con los dedos, pensativa.

No sobrevivo. Y menos si me mira así.

- ¿Se te ocurre alguna playlist para ponernos en situación?

¿En situación de paro cardiaco quieres decir, Alba Reche?

Natalia repiqueteaba con sus botas en el suelo de los nervios, pero se dio cuenta y lo frenó.

Ya he pasado esa fase. Y tengo el poder en forma de cláusula de huida. Y su compromiso de desarmarse.

- Sorpréndeme con alguna tuya. Lo dejo a tu elección – trató de sonar medianamente tranquila.

- Está bien. Colócate ahí y prepárate, tengo las expectativas muy altas para esta sesión, ¿sabes?

Uf. Peligro. Alerta roja.

Natalia se acercó decidida a echarle ovarios y se quedó a escasos centímetros de distancia de Alba.

Si se acercaba medio paso más podría sentir incluso su respiración.

- Créeme que voy a superarlas.

Natalia pronunció esas palabras taladrándola también con la mirada. La rubia huyó de esos ojos tan repentinamente abrasadores y acabó observando su boca teñida de rojo.

desnudArte | AlbaliaWhere stories live. Discover now