12

9.2K 781 117
                                    


Para la próxima sesión en la que coincidían modelo y fotógrafa, otra para Calvin Klein, Natalia ya había firmado oficialmente el contrato para el proyecto A Oscuras. Y eso tenía de buen humor a la rubia.

Llegaba a ese shooting con la intención de ser un poco más como Julia. Sin tirar del humor, porque ni era lo suyo ni encajaba con la relación que la unía a la modelo, pero sí quería buscar cierta comodidad para ambas, en vez de ir a cuchillo.

Después de su última y tensa conversación con Natalia, y antes de aventurarse en el nuevo proyecto, consideraba que ambas necesitaban un respiro.

Voy a hacer las cosas bien.

Por Natalia y por mí.

Y también por Mimi.

La fotógrafa sabía que su relación pendía de un hilo en ese momento, y no quería romperlo.

Estamos mal, pero estamos.

- Hola, Natalia - saludó, sonriente.

- Buenos días, Alba - correspondió al saludo con una mueca idéntica.

- ¿Cómo estás? – se interesó la fotógrafa.

- Bien… Muy bien. ¿Y tú? – contestó, sorprendida por esa cordialidad amable tan impropia de ella.

¿De verdad vamos a tener Alba y yo una conversación normal?

Ver para creer.

- Muy bien. Deseando empezar a hacer fotos - alzó la cámara, que colgaba de su cuello.

- Pinta bien, ¿no? – miró Natalia a su alrededor, mientras metía sus manos en los bolsillos del pantalón.

- Pinta genial. ¿Has visto el vestuario? Esa corbata va a dar mucho juego luego, te lo digo ya – avisó la fotógrafa a la modelo, que ya vestía el primer outfit: tejano, sujetador de la marca y americana.

- ¿Mucho juego? Recuerda que la cláusula de la no intimidad sigue vigente.

- ¿Otra vez la cláusula? – Natalia asintió.

- Exacto, no me fío de ti ni un pelo. A Oscuras es solo una excepción, eso que quede claro – se hizo la dura.

Que se note que seguimos manteniendo distancias. No te vengas arriba, Reche.

- Está bien – levantó Alba las manos en señal de inocencia.

Cómo iba Natalia a fiarse, si la rubia tenía la capacidad de cortarle la respiración con solo hacerle un repaso.

Se pusieron manos a la obra, con música de fondo y las órdenes, ahora mucho más suavizadas, de la Reche buscando la mejor foto.

- Vale, para estas apóyate en esa pared, porfa.

- ¿Así? – se colocó la modelo.

- Ahí, perfecto. Aunque si me das un poco más de intensidad, no me voy a quejar.

- ¿Eso ha sido una sugerencia en vez de una orden? ¿Qué te pasa Alba Reche? ¿Tienes fiebre? – alzó las cejas, en un ligero vacile.

- Estoy de buen humor  – se encogió de hombros.

Y tratando de ser menos hija de puta.

- ¿Sí? Pues ojalá te dure.

- Ya te lo dije, me va a durar. Pero, venga, no te salgas del mood. Mírame como si fueras a comerte el mundo.

Siguieron con la sesión, hasta que llegaron al cambio de ropa de la camisa blanca y la corbata sin atar.

Le queda increíble.

desnudArte | AlbaliaWhere stories live. Discover now