ʜᴇᴀʀᴛʙᴇᴀᴛs ᴏғ ᴀɴ ᴀɴɢᴇʟ; ʜᴡᴀɴɢ ʜʏᴜɴᴊɪɴ

sᴇɪs

ᴀɴɢᴇʟ

ᴄᴏʀᴇᴀ ᴅᴇʟ sᴜʀ.

— Lamento que tuviésemos que irnos sin comer.— susurré apenada mientras miraba directamente al piso. Después de haber llorado tanto ahí dentro, sentía vergüenza de ver a Hyunjin directamente.

Negó enseguida y a la vez soltando un pequeño suspiro — No te preocupes— se levantó de aquella banca, se posó frente mío y extendió su mano frente a mi vista para así yo alzar la mirada — Vamos. Podemos comer ramen instantáneo.

Tomé su mano con pena.
Me levanté para tomar mi mochila e irnos, no sin antes soltarme de él.
Mientras caminábamos pensaba en la suavidad de la piel de Hyunjin. Su mano era tan cálida como la piel de un recién nacido. Parecía irreal.

Cuando llegamos a la tienda de conveniencia, preparamos nuestro ramen y nos sentamos por ahí dentro aún.
Primero comíamos en silencio total, hasta que hice una pausa para verlo de reojo llamando su atención de a poco.

— ¿Qué pasa? ¿Quieres más? Puedo ir por otro si quieres.— estaba por levantarse, pero tomé de su muñeca sobre la mesa y él me miró atento sin decir nada.

— ¿Cómo sabes sobre mamá?— negué con la cabeza y aclaré mi voz — ¿Quién te dijo sobre mi madre y su muerte? ¿Por qué dijiste todo aquello en el restaurante? Apenas te conozco, es imposible que sepas tanto.

Otra vez su sonrisa. Pero esta vez era distinta, me transmitía cierta confianza sin saber porque, si hace poco me convencía de que Hyunjin era bastante extraño.
Incluso se podría decir que su sonrisa me era atractiva tanto como su físico en sí.

— Si te digo, estoy seguro de que jamás me creerías.— continuó comiendo como si nada, como si estuviese tan convencido de mi actuar después.

Aclaré mi voz para acercar mi asiento a él y así tener de nuevo su atención, aunque su cercanía al instante me puso un tanto nerviosa haciéndolo reír con ternura.

— Necesito saberlo— hice una pequeña pausa para notar como se giraba para verme completamente a mí ahora y no a su comida — ¿Entiendes que lo que dijiste hace un rato fue tan extraño, tanto para mí como para cualquiera?— traté de mostrarme ofendida, pero simplemente sus labios levemente colorados, me hacían perderme por unos segundos.