ᴛʀᴇɪɴᴛᴀ

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ʜᴇᴀʀʙᴇᴀᴛs

ʜᴇᴀʀʙᴇᴀᴛs

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ᴄᴏʀᴇᴀ ᴅᴇʟ sᴜʀ

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ᴄᴏʀᴇᴀ ᴅᴇʟ sᴜʀ.

— Bien, me alegra que no tuviese que obligarte por media hora para que comieras aquel estofado con verduras.— suspiré mientras tomaba mi mochila sobre mis hombros y caminaba hacia la salida.

Sentía los pasos de Hyunjin detrás mío, por lo que antes de abrir, me giré para que este se detuviese — Déjame acompañarte a casa.

Negué — Tienes que descansar. Al menos mañana es fin de semana. Vendré a verte entonces— me encogí de hombros esperando a que este se quedara ahí, pero dio un par de pasos muy decidido a salir a la calle conmigo — Que no, Hyunjin. Entiende que debes de quedarte, ya es algo tarde, tienes que dormir.— señalé las habitaciones que estaban cruzando el pasillo.

Rodó los ojos — Por eso mismo quiero acompañarte, porque ya está oscuro allá afuera ¿Nunca entenderás que hay peligro, más estando completamente sola?

Me quedé callada viendo la determinación en la mirada de Hyunjin. Alcé mi mano hasta su cabeza y di un par de palmaditas mientras sonreía levemente para él — Minho me espera en casa ¿aún quieres acompañarme?

El rubio frunció el ceño solo un poco, para después negarme con su cabeza y yo asentir contenta de ver aquella respuesta. Me giré nuevamente y justo al abrir la puesta dije — Vendré mañana a verte. Espero al menos puedas desayunar para cuando yo esté aquí.— entonces salí y caminé hacia la calle, ya que Hyunjin se quedó ahí parado en el marco de la puerta, para verificar que me vaya bien.

Logré llegar a mi casa. En realidad tomé un autobús porque no quería hacerme tanto tiempo de ida. La idea de volver a dejar a Minho esperando, me hacía sentir culpable en todo momento.

Entré y dejé mi mochila sobre el sofá. Me aflojé los primeros dos botones de mi blusa escolar y justo después de eso, el timbre sonó.
Troté hacia la puerta y al verificar que se trataba de Minho, abrí sonriente. Este entró con una adorable sonrisa y entonces cerré por detrás de mí.

ʜᴇᴀʀᴛʙᴇᴀᴛs ᴏғ ᴀɴ ᴀɴɢᴇʟ; ʜᴡᴀɴɢ ʜʏᴜɴᴊɪɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora