💫TERMINADA💫
🕊 Lena es una chica casualmente gentil, amable y carismática. Aunque jamás creyó en el amor, y solo le interesaba acostarse con un chico diferente cada noche, su vida cambió drásticamente cuando su pequeña hermana Cloe, fue secuestra...
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Aaron Anderson.
Observo a Lena salir de su casa, tan bella como siempre. Y ese vestido, ese bendito vestido le quedaba jodidamente hermoso.
Me quedé observando sin decir una sola palabra que arruine el momento. Todo parecía pasar en cámara lenta, y ojalá lo fuera, así este momento perdurara para siempre.
Lena acomoda un mechón de su pelo que estorbaba en su bello rostro y sonríe.
—Estás...
—Oh, no, niño bonito. No digas algo cursi, por favor — súplica la bella dama.
Qué chica...
—Solo iba a decir que estás fea — Mentí.
Ella sabía que mentía, y que me refería a que estaba hermosa, así que solo me dedico una sonrisa. Tiene la sonrisa más hermosa que ví en mi corta y patética vida.
—¿Nos vamos Romeo?
Le di el paso y nos dirigimos hacía el auto que me había prestado Emilia.
—¿Adónde me llevarás?
No tenía un lugar exacto hacia donde ir, aunque Dylan se encargó de hacernos una reservación en un lujoso restaurante.
—A donde nos lleve el viento, señorita preguntas.
Lena subió al auto y puse la radio, no sé si era obra del destino, o del mismísimo universo, pero sonó la canción perfecta.
All of me – John legend
No pude evitar cantarla y dedicársela a ella. La letra iba a la perfección con nosotros.
Lena Johnson
Aaron canta a todo pulmón una de mis canciones favoritas. No puedo evitar mirarlo con admiración, la manera en que canta a la perfección el inglés me encanta.
En un movimiento rápido, Aaron me da un beso corto y sonríe.
—¡Mira por donde manejas! —lo regañé, aunque me gustó ese tierno y gentil beso.
Sin pensarlo, lo acompañé en la canción, y comencé a cantar con él. Ambos cantando a gritos, cantando con todo el sentimiento que puede haber. Era como si cantando nos dijéramos cosas que no somos capaces de decir. Me sentía como si nosotros fuéramos los únicos en el mundo, y lo único que se escuchaba eran nuestras voces juntas.
La manera en la que cantaba la canción y de a ratos me miraba, me hacía creer que me la estaba cantando a mí, que me la estaba dedicando...
Una sonrisa y un beso rápido me hizo confirmarlo. Aaron, el chico egocéntrico que me molesta desde el día uno que lo conocí; el niño bonito que me estaba haciendo dudar de todos mis principios con respecto al amor, ese mismo chico, me estaba dedicando una canción.
