💫TERMINADA💫
🕊 Lena es una chica casualmente gentil, amable y carismática. Aunque jamás creyó en el amor, y solo le interesaba acostarse con un chico diferente cada noche, su vida cambió drásticamente cuando su pequeña hermana Cloe, fue secuestra...
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🎗 fue asesinada 🎗
Si se cae a la zanja me muero
AaronAnderson
Observo como Lena se pone tensa al ver a una mujer, que yo supongo, es su madre. Por el hecho de que tienen un gran parecido. Aunque esta tiene el cabello de un rubio más claro que Lena.
Ella avanza hacia su supuesta madre con pasos lentos y un puño cerrado en el pecho, sus pasos son torpes y eso ocasiona que se tropiece con una mesita delante de ella, pero no logra caerse y se pone firme.
El silencio es duro, hasta que Lena decide hablar
—Mam... qué... es... —es lo único que puede decir, como si toda su voz se hubiera esfumado. Está temblando, su voz está al punto del quiebre. Entonces, aclara la garganta para luego hablar — Vete.
—Pero... —respondo, estoy seguro de que me habla a mí aunque no me esté mirando.
—Te he dicho que te fueras, Aaron —sin mirarme a la cara aún, agarro mis cosas y avanzo. No tengo nada que hacer aquí... aunque la duda del porqué la situación está tan tensa, me llena de intriga y confusión.
Cuando volteo a verla, ella aparta la mirada, como si no quisiera que la viera en ese momento tan vulnerable, completamente diferente a lo que ella me demuestra siempre yendo a la defensiva cada vez que hablamos.
Por mucha máscara que nos pongamos a menudo, la vulnerabilidad sale a la luz para demostrarnos que por mucho que tratemos de ocultarlo, ella siempre estará ahí.
La mujer junto a la puerta aún no ha dicho nada, está petrificada, pálida. Como si hubiera visto un fantasma.
Solo la saludo con la mirada y me voy. La curiosidad de esto me está matando y me da hambre.
Hambre...
¡MIERDA, MIS GALLETITAS!
De solo pensar en galletitas mi estómago vuelve a gruñir.
—Aguanta un poco hasta que lleguemos a casa —digo señalando mi estómago.
Lena Johnson
—Mamá, habla de una vez. ¿¡Qué pasó!?
Mamá está pálida y eso hace que se me estruja el corazón, quiero saber si esa niña... si esa niña es Cloe...
—¡Mamá! —grito, desesperada por obtener respuestas. Su mirada se posa en mí y decide hablar:
—Déjame sentar, Lena —la ayudo a sentarse en el sillón de la sala y le doy un vaso de agua para que se reponga.
—¿Y bien? —insisto.
Mamá toma el agua y empieza a hablar:
—Cuando llegué, éramos dos familias. Al parecer una niña se perdió hace ya unos meses y tenía la edad de Cloe. Esa es la segunda familia que fue a reconocer el cuerpo. Entramos ambas madres, y ahí estaba...
