》22《

236 65 71
                                    

—¿Qué haces acá? —pregunté, tratando de ocultar los nervios

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Qué haces acá? —pregunté, tratando de ocultar los nervios.

Es lo único que se me ocurrió preguntarle, porque, ¿qué podría decirle?

Quizás me estoy confundiendo y él solo vino a dar un paseo casualmente por una vivienda, y no cualquier vivienda, sino la vivienda en donde me iba a encontrar con mi "Ayudante desconocido"

Quizás él no sabe nada, quizás él...

No, ¡Basta! No puedo mirar hacia un costado otra vez.

Necesitaba respuestas, y en frente de mí, tenía a alguien que podría dármelas.

—Eso mismo les iba a preguntar.

¿Les? O sea que también había visto a Lian, Dylan y Mel.

Universo, sé que te pido muchas cosas, de las cuales nunca me cumples. Pero, por favor, que mis amigos estén completos.

—¿No dirás nada, terremoto?

Algo en mi interior sintió nostalgia con la manera de llamarme, él decía que destruía todo a mi paso, que nadie se podía acercar sin ser lastimado.

No podía dejar de pensar en los momentos que estuvimos juntos. Si él tuvo algo que ver... ¿Esos momentos simplemente fue una estrategia? ¿Estuvo planeando toda esta movida todo este tiempo?

—Solo vine a dar un paseo, ya sabes, necesito despejar mi mente...

Ian me mira como si buscara una mínima expresión que delate mi mentira, pero sin éxito, solo sonrió.

—¿Estás segura de que viniste sola? —indagó.

Mierda, estoy segura de que lo sabe.

Suspiré y cuando estaba a punto de contestarle él interrumpe.

—Tus amigos están en el auto. —Mencionó —Los seguí desde que salieron de casa. Los ví sospechosos y alterados, quizás iban a necesitar ayuda.

¿Debería creerle? No podía dudar de él, era prácticamente de la familia, me costaba mucho verlo de una forma diferente.

—Vamos junto a los chicos —señaló para que lo siguiera.

Sin pensarlo lo seguí, aunque no sé si era buena idea, no sé si lo que encontraré en ese auto son mis amigos, o una trampa, o mis amigos, pero muertos.

No puedo seguir maquinando mi cabeza de esta manera, necesito tener algo de fe, necesito creer que sigue siendo mi tío, ese que traía siempre dulces a escondidas porque mamá no me dejaba comerlos.

Llegamos al auto, y efectivamente estaban ahí, sanos y salvos. Aunque con la mirada agachada, perdida en quién sabe qué estarán pensando.

Me acerco a la ventanilla del auto y doy unos golpecitos suaves en él. Logrando llamar la atención de Lían.

ENCONTRARTE ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora