》27《

227 67 88
                                    

Toqué su puerta con gentileza, esperando encontrar a Aaron a través de ella

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Toqué su puerta con gentileza, esperando encontrar a Aaron a través de ella. Para decirle todo lo que jamás me había animado, quería gritar a los siete mares que lo quería. Estaba cansada de guardarme todo para mí, de ocultar mis sentimientos por temor.

Este era el momento, estaba decidida, voy a aceptar estar con él.

La puerta se abrió y con el corazón acelerado di un brinco al ver quién abrió la puerta. Era Emilia.

Estaba llorando, tenía su rostro con el maquillaje corrido y su cara se llenaba de una expresión fría.

Una sensación de angustia llenó mi cuerpo y alma. Algo estaba pasando, algo malo estaba pasando.

Emilia solo recitó unas palabras frías tal y como su expresión estaba.

—Él dijo que llegarías en cualquier momento. Acompáñame. —ordenó

Solo asentí y la seguí, nos subimos a un auto y empezamos un recorrido. Emilia no dijo una sola palabra, mantuvo la mirada en el camino en todo momento. Ni siquiera me dijo hacia dónde me llevaba.

Luego de un rato, llegamos a nuestro  destino. Al llegar al lugar donde estábamos estacionando, mi corazón se hizo de piedra.

El hospital.

No hice más que mirar a Emilia sintiendo miedo y angustia a que algo malo estaba pasando, pero no me devolvió la mirada. Estaba perdida, hundida en sus propios pensamientos.

Entramos al frío y deprimente hospital, y la pelirroja se acercó a recepción. Estuvo hablando con la muchacha que estaba atendiendo, no pude escuchar ni una sola palabra, pero no parecía algo bueno.

Segundos después, la pelirroja se acercó y volvió a hablar igual de tajante como anteriormente lo había hecho.

—Sígueme.— ordenó

—¿Adónde vamos?— pregunté

Quise darle conversación para que el ambiente no sea tan tenso, pero fue un intento en vano. Ella ignoró por completo mi pregunta y me siguió guiando hacia quién sabe dónde.

Llegamos al ascensor y subimos al quinto piso, al bajar ví que estábamos en la sala donde yacían los pacientes en terapia intensiva.

Mi corazón frenó de golpe al ver a un chico rubio sentado en el suelo de los pasillos de este hospital.

Nos paramos frente a una puerta, y Dylan se percata de mi presencia, con los ojos hinchados y de un color rojizo, el mellizo del chico al que hace una hora venía a declararme, me abrazó y se rompió en llanto.

Aún no entendía lo que pasaba, pero decidí entrar a la sala donde estaba él.

Inyectado con unos aparatos y conectado a un respirador. Mi corazón no pudo verlo así, y comenzó a doler. Mis lágrimas brotaron de inmediato sin poder pararlas.

ENCONTRARTE ✅Where stories live. Discover now