Acontecimiento. Parte 4.

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Matt

Una vez quedamos solo los ocho, sentimos que pudimos darnos un respiro, y eso hicimos. Primero debían tratar el sangrado de mi nariz, por supuesto; Leo sacó un par de tampones y los puso en mis fosas nasales, mientras que Azul fue a buscar una compresa de hielo -que no encontró, por cierto- así que estuve con un trozo de carne congelada en la nariz. Supongo que se veía increíblemente ridículo así que comencé a reír. Los demás me siguieron, tal vez de alivio o de ansiedad, pero se rieron. Cuando paró la risa, Royce se acercó a la barra a sacar otra botella de whisky, lo que me pareció extraño, porque ya había bebido bastante.

"Royce, ¿cómo estás tomando otra botella de whisky si estabas bastante ebrio hace un rato?"

"Porque toda esta pelea y el estrés de organizar una maldita fiesta es algo que no puedo tolerar sin alcohol, además, creo que el agua fría de la piscina me ayudó a ponerme más sobrio." Todos respiraban aliviados, y pronto se acercaron a la barra. Catalina tomó una botella de gin y una de vino; Delia -Dana estaba durmiendo, supongo- tomó una de las botellas de moet; Leo fue directamente al vodka -aunque también llevó un vino- y tomó el tequila también. Se acercó a mí a ofrecerme el vodka y el tequila; estaba confundido y supongo que se notó en mi mirada, porque Leo respondió a la pregunta que yo aún no había hecho.

"Es para el dolor, la compresa va a ayudar a desinflamar, pero necesitas algo para entumecerte."

Tomé el tequila porque me gustaba mucho. Además, era de México, como Alonso -que por cierto estaba al costado mío completamente cansado. Nos relajamos luego del caos, cuando Delia intervino.

"Oye, Catalina, ¿y de dónde sacaste esa navaja?"

Escuché la risa nada sutil de Cat, y no entendí en un principio; hasta que se paró en frente de todos nosotros, tomó la navaja y la introdujo fuertemente en su abdomen. Puso un gesto de dolor impresionante y me apuré en hablar:

"Joder, Catalina, pero ¿Qué coño haces?" Azul y Royce se unieron, también.

"Catalina por Dios, ¡hay que llamar a los paramédicos o algo!"

"MALDITA ZORRA LOCA, NO ERES UN SAMURAI HACIENDO SEPPUKU"

Cuando no íbamos a acercar a ella, sacó la navaja de su estómago. No había ninguna mancha de sangre y empezó a reír a carcajadas. "Me la compré en una tienda de magia, es retráctil... supuse que por las luces y por el hecho de que Alan es un imbécil que no se daría cuenta."

Soltamos todos un suspiro de alivio en el mismo tiempo, mientras que Royce se acercaba a James a decirle algo. Supuse que se trataba de que quería un momento privado con sus amigos, así que me acerqué a Alonso a decirle algo parecido.

"Me parece que es mejor si vas a tu casa, ¿está bien? Creo que debes descansar... luego de todo lo que ha pasado. Hablamos mañana, no quiero que te ahogues con los problemas de todos."

Alonso se limitó a darme un beso casto en la boca, tomarme la mano y decirme "te hablo mañana" antes de irse por la puerta principal.

"¡Me avisas cuando llegues!" Le grité, él solo volteó a verme y sonrió antes de irse.

James, de igual manera, lo siguió dirigiéndose hacia la puerta principal. Antes de irse dijo: "Vuelvo mañana temprano con algunas aspirinas y cosas que van a necesitar, algo rápido, luego tengo clases de Inglés."

Royce asintió desde donde estaba, y Delia, viendo todo, habló de pronto.

"Voy a llevar a Dana a su casa, espérenme antes de que se termine el alcohol."  Subió las escaleras donde supongo que se encontraba Dana durmiendo, no antes de que Leo le pidiese que compartiera su ubicación por una hora en su trayecto de ida y vuelta.

La Intimidad Del Tacto LeveWhere stories live. Discover now