Germinación. Lado B

88 9 0
                                    

17 de Enero del 2017.

"To think that only yesterday I was cheerful, bright and gay
Looking forward to who wouldn't do the role I was about to play?
But as if to knock me down reality came around
And without so much as a mere touch cut me into little pieces
Leaving me to doubt, talk about God in His mercy
Who if He really does exist, Why did He desert me?
In my hour of need, I truly am indeed
Alone again, naturally"

Gilbert O'Sulivan

La alarma suena. Despierta, pedazo de mierda, es el primer día. Eso hago. Eso intento. Déjame disfrutar de al menos estos 20 segundos.

Mi momento favorito del día. 20 segundos en los que no estoy segura de dónde estoy, o qué día es, o qué me toca hacer ahora. Solo este maravilloso entumecimiento al despertar, antes de recordar todo lo que he hecho y todo lo que debo hacer. Podría quedarme todo el día así, los rayos de sol acariciando una parte de mi rostro a través de la ventana. Ni un solo ruido, todo tan pacífico y calmado.

Despierta ya, joder, despierta. Unos 10 segundos más, tan solo 10 segundos más de esta paz feliz, donde yo no soy yo, donde solo existo. Solo dame estos 10 segundos más.

La alarma suena de nuevo. Se acabó la dicha. Al fin. Despierta y arréglate, que te ves como un verdadero desastre. Soy un verdadero desastre, querido yo, y ese es un problema para otro momento. He dormido únicamente con un polo y ropa interior, no debería sorprenderme si luego tengo un resfrío. Los ojos me tiemblan un poco al abrir las persianas por completo y dejar que la luz solar entre, iluminando mi cuarto con todas las prendas de ropa tiradas por el suelo; debo decidir qué usar hoy. De cualquier manera, no lo notarán, después de todo soy buena aparentando lo que no soy. Tiendo la cama rápidamente y meto todas las prendas desperdigadas por el piso debajo de la cama, falso orden.; pero, aunque el orden sea falso, me ayuda a pretender que mi vida sigue en rumbo y que no estoy tan jodida como lo creo.

Entrar al baño y verme en el espejo, por otro lado, me da una versión más desalentadora ¿Desde cuándo tengo las ojeras tan pronunciadas? Dios, me veo completamente demacrada. Te ves como la mismísima mierda. Bueno, eso, no lo pude haber dicho mejor. Me gustaría no necesitar hacerlo. Me gustaría que mis adentros no griten cada pequeño segundo que pasa sin él que lo necesito, que no soy nada ni nadie si no lo uso.

Mi cabeza da vueltas y estoy harta; no hay nada que pare el ruido dentro; pero sí una manera de hacerlo más tolerable. El cuerpo me pesa tanto, siento que tengo que arrastrar cada paso hacia el lavabo, como si la gravedad de pronto se multiplicara. Mojo mi rostro intentando despertarme, pero sé que es en vano; sigo igual de cansada y con ganas de quedarme en cama todo el día; y sería sencillo para mí hacerlo, pero sé que no puedo. No mientras sus miradas de admiración sigan, no mientras cada esfuerzo que hago, aunque me destroce por dentro, sean llevados como un blasón por ellos. Necesito un descanso, pero es pedir lo imposible.

No he parado de estudiar y trabajar desde hace un año, no he parado de llenar las paredes de la sala con diplomas inservibles por notables, por investigaciones premiadas, por cursos que me arrastré a llevar únicamente para ver sus sonrisas y su orgullo. Es que vivo por ellos, simplemente eso. Ya lo he aceptado. No me interesa en lo más mínimo mi bienestar, no me interesa para nada el algún día hacer lo que realmente quiero hacer, y está bien, porque no me importo.

Cada monólogo de ese tipo en mi cabeza me recuerda al primer momento en el que decidir depender de ello. Después de todo, puede que eso me mate, pero nunca estuve viviendo realmente. Soy solo un intento de persona en la piel de una hija perfecta, una amiga perfecta, una alumna perfecta; y estoy bien con ello porque, como ya he mencionado, no me importo, pero tengo una reputación que mantener. Me es difícil recordar la última vez que fui realmente feliz; debe ser algo enterrado en mi memoria, cuando aún estaba Él, pero la dura realidad es que ya no está, y lo detesto por haberse ido, y mi madre no es feliz desde aquello y de pronto tuve que dejar de ser niña, tuve que crecer. Me arrancaron mi niñez, y no sé a quién culpar de ello. Solo atino a lamentarme por dentro, con cuidado de que alguien lo note. No soy yo, pero tampoco quiero empezar a serlo.

La Intimidad Del Tacto LeveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora