Bergamesque III. Clair de lune. Andante trés expressif

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"But it's all I'm doing now
Listening for patterns in the sound
Of an endless static sea
But once the satellite's deceased
It blows like garbage through the streets
Of the night sky to infinity
But don't you weep 
Don't you weep, don't you weep for them
There is nothing as lucky
Honey, don't you weep, don't you weep for them
Don't you weep, don't you weep
There is nothing as lucky, as easy, or free"

Bright Eyes


Luego de la pequeña sesión de cotorreo en el comedor, era hora de que me vaya. Me despedí de cada uno, sin embargo, alguien habló cuando me había levantado para ir a la puerta.

"Yo también me voy, tengo que avanzar Semiótica." volteó hacia Matt. "Fue un gusto conocerte, le pediré a Catalina que me pase tu número para acordar en una sesión de tutoría mañana" Royce alzó las cejas al ver que Azul se iba en el mismo momento que yo, pero lo que sea que hubiese estado pensando, no lo dijo. Ella estaba sonriendo, y también me veía de vez en cuando. Matt la miraba con admiración, y le respondió.

"Muchísimas gracias, en serio. No sé qué habría hecho son ti; probablemente me hubiese desesperado tanto que habría ido directo hacia ese viejo verde a decirle muie y que su esposa era una kurwa, si hay alguna manera en la que te lo pueda pagar, solo dímelo."

Tanto yo como Azul teníamos un gesto de confusión por la elección de palabras de Matt, asumí que se trataban de groserías en polaco, lo que contrastaba un poco con su imagen tierna. Volteé a ver a Azul, que se había acercado hacia Matt, y pronto le habló:

"No te preocupes, no me tienes que pagar nada, tenía tiempo libre que probablemente iba a ser usado para cualquier cosa inútil; al menos así estoy ayudando a alguien". Se sonrieron, supe que se habían caído bien.

Royce nos envolvió a los dos en un abrazo, con una mirada curiosa hacia Azul. Pronto, nos vimos caminando juntas, al mismo ritmo, pero no habían palabras entre nosotras, solo un confort que no sabía bien si sería mutuo o no; y, tampoco sabía cuándo me había vuelto tan cómoda con la presencia de la chica.

Fuimos a la parada del bus y nos sentamos, entonces volteé a verla y no se dio cuenta al instante; parecía que tenía la mente absorta en alguna cosa; pero, a penas lo notó, volteó hacia mí y solo sonrió, volvió a no fijarse en algún punto específico, y murmuraba el ritmo de una canción que yo no conocía. Observaba las cejas semi pobladas, los ojos pardos y la nariz romana, pronto, llegué a observar sus labios, y el volumen de estos daban la impresión de que su rostro estaba en un puchero constante. Se sentía raro mirar alguien tanto tiempo, así que busqué una excusa para hablarle.

"Los mensajes que dijiste que me mandaste ayer...los perdí en el momento en que el teléfono se descompuso." Más bien cuando lo arrojé hacia la pared ."¿Qué decían?"

Se quedó mirándome algunos segundos antes de responder "No te preocupes, solo eran unas tonterías acerca de Drogheda. Nada interesante" Me dolió un poco el que sintiese que algo importante para ella era visto como insignificante; y, debido a que mi amistad con ella estaba empezando, quise probarle lo contrario. Sin embargo, no encontraba las palabras aún para hacérselo saber.

Subimos al bus, y pronto nos comportamos como lo habíamos hecho antes; esta vez, sin embargo, solo me puse un audífono, por si se le ocurría hablar sobre cualquier tema. Ella estaba mirando las calles, como hizo la vez pasada; pero había una expresión de tristeza en su rostro, que pudo haber pasado desapercibido por cualquiera, pero no por alguien que lo vivía en carne propia. Decidí tratar de animarla:

"A mí sí me interesa" Me miró confundida, supuse que no sabía a qué me refería. "las fotos de Drogheda, digo. Hablas mucho de ese lugar, debe ser importante para ti."

La Intimidad Del Tacto LeveOnde histórias criam vida. Descubra agora