Rondo capriccioso in E minor

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Los tacos de Delia y el café que había preparado junto con los sucesos de la noche anterior fueron mi cimiento en cuanto  a la felicidad. Parecía que las cosas irían bien, finalmente; y como ya he repetido, yo necesitaba creer que las cosas irían bien también. Es por eso que en el desayuno no solté la mano de Azul, ni me fijé en su nerviosismo cuando mencionaron el volver a nuestras casas, y definitivamente tampoco me fijé en la ceja alzada de Royce viendo todo el intercambio. No, necesitaba creer que las cosas irían bien, al menos por una vez en mi corta y miserable vida. 

Claro, luego de haber tomado tales cantidades de alcohol, café, y unos tres tacos; llegar a casa en el bus que vibraba con cada vuelta y las lunas cerradas que hacían que me ahogue, lo único que pude hacer al llegar fue ir corriendo hacia mi habitación, al baño (aún sin espejo) y vaciar el estómago. Vaciarlo todo, y luego quedar con un gravísimo dolor. Aún así, estaba feliz, no era mi primera vez vomitando por haber tomado alcohol y tenía algunas botellas de agua en mi habitación. No vi a mi familia cuando llegué, como es usual, así que supuse que tenía la casa sola. Dejé las botas tiradas por ahí para tumbarme en la cama, con un sueño que recién había ganado y puse a cargar el celular. 

No pude dormir porque tuve que pararme a vomitar el agua que había tomado, así que me rendí y me posicioné al costado de w.c., esperando a que las arcadas llegaran. Mi celular sonó a los pocos minutos, era Royce. 

-Cariño-  dijo  

No respondí, tratando de aguantar las arcadas que me empujaban a botar el bilis en mi estómago. Debía ir a chequearme el estómago lo antes posible, eso estaba claro. 

-Cat, Cat, Cat, ¿estás ocupada? -Royce repitió. 

-No realmente.- Solo batallando con mis ganas de meterme la mano hasta el estómago y arrancarlo- solo estoy vomitando

-Oh, mal augurio - Royce y su maldita costumbre de tener la razón; pero decidí hacerme la tonta al respecto.

-¿Mal augurio sobre qué?

-No lo dije de mala forma, solo es algo gracioso, sabes, que inicies algo con Azul y te encuentres vomitando tus tripas. 

Me quedé pensando un momento y me di cuenta de que tenía razón. Por supuesto, me molestaría con él por insinuar tal cosa, pero era Royce y yo no podía molestarme con Royce. Además, parte de mí me decía que tenían razón. 

-Bueno, en teoría no hemos iniciado nada, debemos hablar de dónde estamos. 

-Y acá estaré con un pañuelo y el hombro listo para que mi dulce, dulce, de mirada tierna Cat llore. 

-Anda a que te den por el culo.

-Ya lo hicieron. 

Reí ante aquello, era solo Royce siendo Royce. Me hubiese encantado seguir hablando  por teléfono con él, pero mi estómago no ayudaba.

-Mi adorado RoRo, te tengo que colgar, estoy a punto de vomitar el alma. 

- Ew. Mucha información. De cualquier manera solo te llamaba para avisarte que revises tu instagram, han subido fotos de anoche.   

¿Fotos de anoche? ¿Desde cuándo era yo alguien que cabía dentro de lo que se consideraba el espectro de la popularidad?

Luego de despedirme colgué la llamada y noté que me habían llegado algunos mensajes. 


Azul 

Me gustas 

Por si pensabas que en la mañana iba a cambiar de opinión o algo

Catalina Varda 

La Intimidad Del Tacto LeveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora