53: Crucio

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Si veo otro comentario más que esto es otro fanfic llamado Lyra voy a explotar. Jamas leí ese fanfic y piensen que Laila la empeze en 2017, lo único que se es que tiene un final feo xd.

 Jamas leí ese fanfic y piensen que Laila la empeze en 2017, lo único que se es que tiene un final feo xd

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—Estupendo —dijo la profesora Umbridge mientras contemplaba los forcejeos de Ginny—. Muy bien, veo que dentro de poco ya no quedará ni un solo Weasley en Hogwarts.

Malfoy, adulador, rió con ganas. Umbridge dibujó su ancha y displicente sonrisa y se sentó en una butaca de chintz; miraba a sus prisioneros pestañeando, como un sapo sobre un parterre de flores. Lo quería golpear en la nariz.

—Muy bien, Potter —comenzó—. Has colocado vigilantes alrededor de mi despacho y has enviado a ese payaso —señaló con la cabeza a Ron, y Malfoy rió aún más fuerte— para que me dijera que el poltergeist estaba provocando el caos en el departamento de Transformaciones cuando yo sabía perfectamente que estaba manchando de tinta las miras de todos los telescopios del colegio, porque el señor Filch acababa de informarme de ello. Es evidente que te interesaba mucho hablar con alguien.
¿Con quién? ¿Con Albus Dumbledore? ¿O con ese híbrido, Hagrid? No creo que se tratara de la profesora McGonagall porque tengo entendido que todavía está demasiado enferma para hablar con nadie.

Malfoy y otros miembros de la Brigada Inquisitorial rieron al oír aquel comentario. Apreté los labios antes de escupirle a los pies viéndola con una sonrisa. Sin embargo la sonrisa se me quitó cuando me abofeteó con una pesada y regordeta mano...y tenía anillos. Hice una mueca de dolor y vi como Harry peleaba contra su agarre.

—Se supone que ahora deberías estar lejos de mi escuela, Black— Umbridge dijo—. Ahora respondeme!

—No es asunto suyo. Al contrario de usted yo si tengo personas a quien hablarle—le gruñi.

El blandengue rostro de la profesora Umbridge se tensó un poco.

—Muy bien —continuó con su dulce voz, más falsa y más peligrosa que nunca, vio a Harry—. Muy bien, señor Potter… Le he ofrecido la posibilidad de contármelo voluntariamente y la ha rechazado. No tengo otra alternativa que obligarlo. Draco, ve a buscar al profesor Snape.

Malfoy se guardó la varita de Harry en el bolsillo de la túnica y salió del despacho con la sonrisa en los labios. Mi abuela Angelique y McGonagall se habían ido...pero aún estaba Snape. El profesor de pociones también era parte de la orden del fenix.

En aquel momento, en el despacho sólo se oían los inquietos movimientos y los forcejeos de Ron y mis compañeros, a los que los alumnos de Slytherin intentaban dominar. A Ron le sangraba el labio y estaba manchando la alfombra de la profesora Umbridge mientras intentaba librarse de la llave que le hacía Warrington en el cuello; Ginny, por su parte, trataba de pisarle los pies a la alumna de sexto que la agarraba con fuerza por ambos brazos; Neville cada vez estaba más morado e intentaba soltarse del cuello los brazos de Crabbe; y Hermione procuraba en vano apartar a Millicent Bulstrode. Luna, en cambio, estaba de pie junto a su captora, sin oponer resistencia, y miraba distraídamente por la ventana como si todo aquello la aburriera muchísimo. Fay parecía querer morder la mano de su captor.

Laila Scamander y La Orden Del FenixWhere stories live. Discover now