10: Los prefectos

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El último día de las vacaciones, Harry estaba limpiando los excrementos de Hedwig de lo alto del armario y yo estaba tratando de tejer en vano un sombrero de lana con la forma de sus orejas para Presidente Besos cuando Ron entró en su dormitorio c...

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El último día de las vacaciones, Harry estaba limpiando los excrementos de Hedwig de lo alto del armario y yo estaba tratando de tejer en vano un sombrero de lana con la forma de sus orejas para Presidente Besos cuando Ron entró en su dormitorio con un par de sobres.

—Han llegado las listas de libros —anunció lanzándole una carta a Harry, que estaba subido a una silla, me tiró la mía a  mi también—. Ya era hora, pensaba que se habían olvidado; normalmente llegan mucho antes... 

Harry metió los últimos excrementos en una bolsa de basura y la lanzó por encima de la cabeza de Ron a la papelera que había en un lado, la cual se la tragó y soltó un fuerte eructo. Abrí el sobre rápidamente. Contenía dos trozos de pergamino: uno era la nota habitual que recordaba que el curso empezaba el uno de septiembre, y en el otro estaban detallados los libros que necesitaría para el próximo curso.

—Sólo hay dos nuevos —comentó Harry  leyendo la lista—. Libro reglamentario de hechizos, 5° curso, de Miranda Goshawk, y Teoría de defensa mágica, de Wilbert Slinkhard.

¡CRAC!
Fred y George se habían aparecido al lado de Harry. Él ya estaba tan acostumbrado a que lo hicieran que ni siquiera se cayó de la silla. Fred se sentó a mi lado en la cama.

—Nos gustaría saber quién ha elegido el libro de Slinkhard —comentó Fred.

—Porque eso significa que Dumbledore ha encontrado un nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras añadió George.

—Y ya era hora, por cierto —dijo Fred.

—¿Qué quieres decir? —le preguntó Harry saltando de la silla.

—Verás, hace unas semanas captamos con las orejas extensibles una conversación de papá y mamá — le explicó Fred—, y por lo que decían, a Dumbledore le estaba costando mucho trabajo encontrar a alguien que estuviera dispuesto a dar esa asignatura este año. 

—Lo cual no es de extrañar, teniendo en cuenta lo que les ha pasado a los cuatro anteriores —apuntó George.

—Uno despedido, uno muerto, uno sin memoria y uno encerrado nueve meses en un baúl —contó Harry ayudándose con los dedos—. Sí, ya te entiendo.

—No somos la escuela mas atractiva para los profesores, una piedra filosofal, un basilisco, que entrara mi padre sin ser notado y el torneo de los tres magos—enliste—. Ya quiero ver quien ha sido el suicida que ocupara el puesto este año.

—Y que lo digas—Fred rio a mi lado.—¿Qué te pasa, Ron? —le preguntó Fred a su hermano.

Ron no contestó,  estaba de pie, muy quieto, con la boca un poco abierta, contemplando la carta que había recibido de Hogwarts.

—¿Qué pasa? —insistió Fred, y se colocó detrás de Ron para ver el trozo de pergamino por encima de su hombro. Fred también abrió la boca—. ¿Prefecto? —dijo, mirando la nota con incredulidad—. ¿Tú, prefecto?

Laila Scamander y La Orden Del Fenixजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें