Laila Scamander y La Orden Del Fenix

4: Recuerdos

LES JURO QUE SI NO PUEDEN SEGUIR COMENTANDO ME VOY A PEGAR UN TIRO

Vi con una sonrisa la fotografía, era de mi madre guiñándole a la cámara  y los demás merodeadores junto con la madre de Harry, sin embargo fruncí el ceño cuando vi a la chica de cabellos castaños que abrazaba a mi madre, la había visto en varias fotos pero nunca la había reconocido, era bastante bonita y siempre traía una sonrisa picara.

—¿Quien es ella?—le pregunté a papá, una mueca de nostalgia paso por su rostro cuando señaló a la chica.

—Es Marlene McKinnon, fue  la primera amiga de tu madre.

—¿Esta viva?—pregunté. 

Él negó pesadamente. No podía imaginarme en 25 años diciéndole a mi hija o hijo que Hermione, Harry y Ron estaban muertos.

Desde que había llegado hace semanas a Grimmauld Place pasaba mas tiempo con papá que con mis amigos y ellos lo entendían completamente, me gustaba sentarme junto a el y escuchar de sus aventuras con mi madre y sus amigos, como era mi madre y lo diferente que éramos. Mi madre había sido una persona muy tímida y nerviosa, una chica bastante humilde y para nada vanidosa. Terriblemente valiente aunque al principio nadie lo veía, su forma de animaga había sido el de una leona. Supe que yo y mi padre nos parecíamos mucho mas de lo que creíamos, en especial una vez llegó a la profesora McGonagall y los dos le dijimos Minnie de saludo.  Vi de nuevo la foto de mi mamá, yo había visto a Fleur Delacour, había visto a veelas, y a las chica bonitas en Hogwarts pero mamá había sido otro nivel. Era preciosa. Papá la describía como la mujer mas hermosa de todo el planeta. Y para mi era la mujer más hermosa que había visto. La única mucho más bonita que yo, el cabello dorado que le caía por los hombros, la cara redonda y amable, sus ojos chocolate no expresaban nada mas que bondad, sus rasgos suaves y circulares y su sonrisa gentil y algo traviesa.

Buckbeack que estaba a mi lado me puso la cabeza en mi hombro, estábamos en el cuarto de mi abuela, llamada Walburga, que había sido una madre horrenda y supongo que de abuela hubiera sido igual, era la habitación mas grande por lo que el hipogrifo la tenía. Me daba algo de pena que Buckbeack estuviera encerrado, sabía lo difícil que era tanto para el hipogrifo como para papá.

—Chica Lizzy...—él grazno a mi lado, olisqueándome.

—No soy chica Lizzy, soy su cría—le aclare, vi a papá quien estaba comprendiendo mi poder de hablar con  los animales.—. ¿Por que Buckbeack me dice el nombre de mamá?

Una sonrisa nostálgica se dibujó en su rostro mientras le daba unas palmaditas a Buckbeack

—Cuando estábamos en Hogwarts, Buckbeack nació, tu madre iba a verlo, estaba tan encantada con él como Hagrid, lo llamaba su bebe.

No pude evitar sonreír al hecho de que mi mamá le encantaran tanto las criaturas como a mi. Papá me había explicado que desde habían formado su grupo, su hermandad de los merodeadores, cada año hacían un enorme proyecto, como por ejemplo el mapa del merodeador.