7: Reunión

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—Esto tiene un aspecto estupendo, Molly —intervino mi tío Remus, sirviéndo el estofado con un cucharón y acercándole el plato desde el otro lado de la mesa

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—Esto tiene un aspecto estupendo, Molly —intervino mi tío Remus, sirviéndo el estofado con un cucharón y acercándole el plato desde el otro lado de la mesa.

Durante unos minutos sólo se oyó el tintineo de platos y cubiertos y el ruido de las sillas arrastrándose, y todos se pusieron a comer. Comencé a comer con emoción el pastel de calabaza junto con mi puré de arveja y espinaca que estaba delicioso. Morgana estaba a mi lado, viendo con tristeza toda la comida en la mesa.

"¿Estas bien?" Pensé siendo que o podía hablarle en voz alta o en mi mente.

—Si—ella suspiró—. Es solo que...extraño la comida ¿sabes? Extraño poder saborear los dulces, extraño....extraño muchas cosas.

Entonces la señora Weasley miró a mi papá y le dijo:

—Se me olvidó comentarte, Sirius, que hay algo atrapado en ese escritorio del salón que no para de vibrar y tamborilear. A lo mejor sólo es un boggart, desde luego, pero quizá deberíamos pedirle a Alastor que le echara un vistazo antes de soltarlo.

—Como quieras—contestó él con indiferencia. No le importaba mucho.

—Y las cortinas están llenas de doxys —añadió la señora Weasley—. He pensado que mañana podríamos ocuparnos de ellas.

-Será un placer -dijo Sirius, note el sarcasmo en su voz, pero no estaba segura de que los demás también lo hubieran percibido.

—Yo la ayudaré—intervine—. En Dorset siempre lo hacemos con mi abuelo Newt. Claro, después lo podemos liberar en el bosque.

Enfrente mío, Tonks distraía a Hermione y a Ginny transformando su nariz entre bocado y bocado: apretaba mucho los ojos y ponía la misma expresión de dolor que yo hacía, hinchaba la nariz hasta convertirla en una protuberancia picuda que se parecía a la de Snape, la encogía hasta reducirla al tamaño de un champiñón pequeño y luego hacía que le saliera un montón de pelo por cada orificio nasal.

—¡Laila te toca!—Tonks me dijo.

—¡Haz lo de gato !—me dijo Ginny.

Hice una mueca, lo que dolía transformar era siempre la nariz, el color de cabello, fácil, los ojos facil, la boca un poco más difícil pero la nariz era doloroso. Pensé en el hocico de presidente Besos y sentí como mi nariz se arreglaba y se encogió hasta estar del tamaño de una de un gato, me salieron unos largos bigotes y de la cabeza me salieron dos orejas de gato, no pude evitar recordar cuando la transformación de Hermione en Bulstrode habia salido mal. Harry que estaba a mi lado sonrió y no me gustó para nada, me puso una mano en la cabeza y me rasco detrás de la oreja de gato.

No pude evitar ronronear y todos se rieron. Volví a mi forma normal, tome un poco de puré de arveja y espinaca y se lo embarré en la mejilla. Ambos reímos y me alegre de que ya no nos estuviéramos gritando y volviéramos a nuestra misma rutina.

Laila Scamander y La Orden Del FenixWhere stories live. Discover now