36: Regalo Inesperado

2.5K 427 409
                                    


Resultó que Kreacher estaba escondido en el desván

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Resultó que Kreacher estaba escondido en el desván. Papá dijo que lo había encontrado allí, cubierto de polvo, sin duda buscando más reliquias de la familia Black para llevarse a su armario. Pero para mi algo no me gustaba en ese elfo. Tras su reaparición, Kreacher parecía de mejor humor; sus amargas murmuraciones habían cesado un tanto, y cumplía las órdenes que le daban con más docilidad de lo habitual.
Sin embargo no me preocupaba para nada el elfo domestico como mi padre cuya jovialidad se estaba evaporando deprisa porque ya habían acabado las Navidades. A medida que se acercaba la fecha del regreso a Hogwarts, él cada vez se mostraba más propenso a lo que la señora Weasley llamaba «ataques de melancolía», durante los cuales se ponía taciturno y gruñón, y muchas veces se retiraba al cuarto de Buckbeak, donde pasaba horas enteras. Su malhumor se extendía por la casa y se filtraba por debajo de las puertas como un gas tóxico, de modo que los demás se contagiaban de él. Y es que yo tampoco quería dejarlo, no quería dejarlo con la única compañía de Kreacher. Quería estar con él, irme a vivir al campo junto con él, rescatar a Harry de esos horribles muggles con los que vivía; ver el cielo infinito cada noche y que no hubiera límites ya que él seria un hombre libre. Le gustaría después de estar en Azkaban.

Además no como siempre ya no era agradable la idea de volver a Hogwarts. Volver al colegio significaría colocarse una vez más bajo la tiranía de Dolores Umbridge, que sin duda se las habría ingeniado para que aprobaran otra docena de decretos durante mi ausencia; además me iban a cargar de deberes ahora que se acercaban los exámenes, de no ser por mis amigos yo ya hubiera dejado mis estudios; mi abuelo Newt lo habían expulsado de Hogwarts en quinto año y es un excelente magizoologo. Sin embargo mi ultimo día de vacaciones fue algo que me sorprendió bastante.

—Harry, cariño—dijo la señora Weasley asomando la cabeza por la puerta del dormitorio que compartían Harry y Ron, donde ambos estaban jugando al ajedrez mágico, mientras Hermione, Ginny y Crookshanks los observaban y yo estaba leyendo un libro sobre las propiedades del veneno de los Swooping Evil.—. ¿puedes bajar un momento a la cocina? El profesor Snape quiere hablar contigo.

Harry tardó un momento en asimilar lo que la señora Weasley acababa de decir; una de sus torres había iniciado una violenta pelea con un peón de Ron, y él la azuzaba con entusiasmo.

—Machácalo, ¡machácalo! ¡Sólo es un peón, idiota! Lo siento, señora Weasley, ¿qué decía?

—El profesor Snape, cariño. Te espera en la cocina. Quiere hablar contigo. Y eh, será mejor que tú también vengas Laila, cielo.

Harry abrió la boca, horrorizado, y yo cerré mi libro violentamente, vi a mis amigos que miraban también con la boca abierta. Crookshanks, al que Hermione llevaba un cuarto de hora conteniendo con dificultad, saltó por fin sobre el tablero, y las fichas corrieron a ponerse a cubierto gritando como locas. Presidente Besos adorando la maldad fue también.

—¿Snape?—repitió Harry sin comprender.

—El profesor Snape, querido-lo corrigió la señora Weasley—. Baja, corre, dice que tiene prisa.

Laila Scamander y La Orden Del FenixWhere stories live. Discover now