57: La ultima sonrisa

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Desde aquí se mezclan un poco el libro y la película :)

En cuanto entraron en contacto con su piel, los tentáculos empezaron a enroscarse en los brazos de Ron como si fueran cuerdas

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En cuanto entraron en contacto con su piel, los tentáculos empezaron a enroscarse en los brazos de Ron como si fueran cuerdas.

—Harry, mira lo que está pasan… No… no… no me gusta… No… basta… ¡Basta!

Las delgadas cintas se enrollaron alrededor del tórax de Ron, que tiraba de ellas, pero sin lograr impedir que el cerebro se aferrara a él como un pulpo.

—¡Diffindo! —gritó Harry tratando en vano de cortar los tentáculos que se enrollaban con fuerza alrededor del cuerpo de Ron. Éste cayó al suelo e intentó librarse de sus ataduras.

—¡Lo va a asfixiar, Harry! —gritó Ginny, que seguía en el suelo sin poder moverse por culpa del tobillo roto junto con Fay que respiraba airadamente y parecía haber perdido  su varita. Entonces un haz de luz roja salió de la varita de uno de los mortífagos y le dio de lleno en la cara a la pelirroja. Ginny se desplomó hacia un lado y quedó inconsciente.

—¡DESMAIUS! —gritó Neville mientras agitaba la varita de Hermione hacia los mortífagos que se aproximaban—. ¡DESMAIUS, DESMAIUS!

Pero no pasó nada. Logre petrificar a uno de ellos, sin embargo alguien me lanzó un hechizo que me hizo volar hasta caer contra una de las puertas. VI unos puntitos de colores pero logré levantarme. Cuando me puse en pie note que solo estába de pie  junto con Harry y Neville, los tres contra cinco mortífagos, dos de los cuales  lanzaban haces de luz plateada como flechas que no daban en el blanco, pero dejaban cráteres en la pared. Bellatrix Lestrange echó a correr hacia Harry, y uno echó a correr hacia mí. Los mortifagoa me querían a mi y a la profecía...fui hacia Harry corriendo a su lado y fuimos hacia el otro extremo de la habitación; lo único que podíamos hacer ahora era alejar a los mortífagos de nuestros amigos.

Por lo visto, el plan había funcionado: los mortífagos nos persiguieron a ambos y derribaron sillas y mesas, pero sin atreverse a atacar por si dañaban la profecía, y entramo por la única puerta que seguía abierta, aquella por la que habían entrado los mortífagos. Entramos en la siguiente habitación; fui tan rápida que al no notar suelo mis pies tropezaron y caí al suelo, rodando por los altos escalones de piedra, me cubrí la cabeza y la cara con las manos hasta llegar al final. Abri la boca queriendo chillar del dolor, me retorci lentamente sintiendo el sabor metálico de sangre en mi boca. Estaba boca abajo en el foso donde se alzaba el arco sobre su tarima, vi a Harry que había quedado boca arriba y se veía igual o peor que yo.

Las risas de los mortífagos resonaban en la sala. Vi que nos habian perseguido desde la Estancia de los Cerebros, bajaban hacia donde estábamos, mientras muchos mortífagos más entraban por diferentes puertas y empezaban a saltar de una grada a otra. Muchos traían a nuestros amigos que estaban recuperando la conciencia. Me levanté como pude por más que apenas podía mantenerme de pie. Me fijé en Harry que sostenía la profecía, aun intacta. Agarre mi varita  con fuerza aunque hiciera un hechizo sin varita contra un mortifago los otros me atacarian. Era un milagro que la esfera de cristal no se hubiera roto. Harry se acercó a mi y ambos comenzamos a retroceder al ver a los mortífagos acercarse. Retrocedimos tanto que habíamos llegado a la tarima donde estaba el arco. No podía ver a todos los mortífagos  al mismo tiempo por lo que no me pude defender  cuando unas cuerdas salieron de la nada , se enrollaron en mis tobillos y me arrastraron hasta ellos mientras yo gruñía y trataba de deshacerme, noté que Harry grito mi nombre hasta que quede a los pies de los mortífagos. Cinco varitas se alzaron contra mi. Me levantaron del cuello de mi blusa y apenas podía sostenerme yo sola

Laila Scamander y La Orden Del FenixWhere stories live. Discover now