11. Rompes mis planes y así no vale

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~ Ruth ~

Recibí el mensaje de Villa y me sentí la peor persona del mundo. Tenía razón. No lo había hecho bien.

- ¿Quién te escribe que pones esa carita?- preguntó Bea.

Bea y Lucía eran dúo músical, de las que también era representante y amiga. Me hospedaba con ellas hasta que llegaran Sergio y la banda.

- Es Villamil. Uno de lo integrantes de Morat. Ayer estuve con él y no me despedí.

- ¿Y te escribe para reprocharte? ¡WooW! Ahí hay un interés de fondo. Acuérdate de lo que te digo.

- Qué va. Pero nos hemos hecho muy amigos.

Cuando me quedé a solas, saqué el móvil y escribí a Villa.

"Lo siento, Villa. No lo tenía pensando. Me entraron las prisas a última hora. He estado todo el día liada. Ayer pasé un día muy bonito en el estudio. Gracias y no vemos cuando estéis por aquí"- menudo whatsapp tan lleno de mentiras, menos lo del estudio, claro. No era mi estilo, pero era necesario.

En cuanto se lo envié, mi móvil empezó a vibrar. Me estaba llamando. No tenía escapatoria.

- Buenas noches, señor- le saludé como si no estuviera nerviosa.

- ¿Qué hubo, señorita? Oiga, era una broma mi whatsapp. Comprendo que tu trabajo tiene estas cosas.

- Fue todo muy rápido. Apenas avisé a Sergio y a los chicos. Me hubiese gustado estar hoy con vosotros de cañas. Cuidadme a mi Espetillo ¿eh?

- Sí, la estuvimos recordando, pero habrá otra ocasión. Y queda que vengan a nuestro concierto en Barcelona, no se olvide.

- Por supuesto. Será un sueño hecho realidad.

Hubo un silencio incómodo.

- ¿Y qué hacías?- pregunté por romper con aquel ambiente espeso, a pesar de la distancia.

- Escuchaba tu canción.

- ¿En serio? - me hice ilusiones

- No, no se la crea tanto.

- Qué feo eres- le solté, mientras él se reía con esa risa bajita.

- ¿Y usted qué? ¿En qué anda?

- Me iba a dormir. Estoy con unas amigas que también son músicas, pero todas estamos muy cansadas. Es tarde.

- Tiene razón. ¿Te ha molestado que llamara a estas horas?

- ¡Qué dices, Juanpi!- me reí.

- ¿Juanpi? Así me llamó cuando se emborrachó. ¿Seguro que está para acostarse y no de fiesta por ahí?

- No estaba borracha- me quejé.

- Claro que sí.

- Claro que no.- reivindiqué.

- Estaba tan borracha que no se acordaba de nada al día siguiente.

- Claro que me acuerdo- inventé.

- ¿Recuerda que me besó?

El corazón se me subió a la garganta.

- ¿Hice eso?

- No, claro que no. Pero ¿ves cómo no te acuerdas?

- ¿Sabes que me puedes recordar también cuando nos veamos? Que te pegue.

- No te enfades. Era una broma.- se reía de mí.

- Te odio.

- Aaah, no mienta.

- No miento- me puse de morros.

- Venga, dime algo sincero. Si yo sé que me has tomado cariño aunque nos conozcamos poquito. Como yo te lo he tomado a ti.

No sabía que decir a eso. Sí, era cierto que habíamos simpatizado, que teníamos buena conexión. Pero aparte no esperaba una declaración tan sincera a esas horas que me pillaba con las defensas bajas. Lo podía sentir sonreír más allá del teléfono.

- Vete a dormir. Creo que lo necesitas casi tanto como yo- me hice la dura.

- Eres infranqueable ¿no?

- Buenas noches.

- Buenas noches, Ruth.

- Villamil...- le llamé antes de que colgara... se había portado muy bien conmigo y yo no quería ser una borde después de todo... ya me sentía culpable por haberle engañado...

- A la orden.

- Que es verdad que te tengo cariño- no me contestó, esperé pero temí que se hubiera cortado con lo que había costado decirlo- ¿Villa? ¿Estás ahí?

- Sí... Eso ha sido muy lindo por su parte- dijo con esa voz suave- Le mando un beso de buenas noches.

- Hasta otro día, Juan Pablo.- dije, mientras imaginaba el tacto de sus labios sobre mi mejilla.

Soñé un verano que se hiciera eterno...Where stories live. Discover now