50. Que sigues tan lejos...

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~ VILLA ~

- Tenga, límpiese- me ofreció Isaza un pañuelo, cuando cortamos la llamada.
- ¿Qué tengo o qué? - lo acepté y me levanté a mirarme al espejo. Sólo me faltaba haber tenido algo en la cara mientras hablaba con Ruth.
- Es para la baba... Le llega al suelo- se burló mi amigo.

Hice una bola con la servilleta de papel y se la tiré para detrás ir yo a pegarle.

- ¿Qué piensas hacer?- me preguntó después de usarlo como saco de boxeo.
- ¿Con Ruth?- me dejé caer sobre la cama- Lo que debí haber hecho desde el principio: amarla. Ante cualquier circunstancia y que ella sienta que estoy ahí para lo que necesite- me revolví el cabello y suspiré- Perro... Nunca había estado con nadie con ese talento natural para la música, para escribir... Con esa sensibilidad. Y ella no se da cuenta... Pero tiene buenas amigas que le están ayudando a verlo... Y es tan... inteligente y divertida... Era tan fácil hacerla reír cuando estábamos juntos... Y la última vez... ¡Le juro que me asustó! Pero me gustó tanto verla así, el efecto sorpresa, lo sexy que estaba...- recordé con nostalgia- Si usted se enterara de algo sobre ella que yo no sepa, me lo contaría ¿cierto? Sé que le tiene confianza... Y seguro le contaría antes que a mí...
- Papo, no me ponga en ese compromiso...
- No me lo tomes a mal... No es saberlo todo sobre su vida. Es si le pasa algo, si tiene algún problema... Ella no ha tenido una vida fácil. Prométame que, al menos, la apoyara como si fuera yo mismo.
- Se lo prometo. Pero ustedes están arreglando su relación.
- Ojalá. ¿Usted cree que le fastidié la vida? ¿Que era más feliz antes de conocerme? ¿Cree que guardará algún recuerdo positivo de lo que vivimos?
- No sea intenso. Ustedes estuvieron muy bien juntos.
- Demasiado poco tiempo. Me quedé con ganas de conocer tanto sobre ella... No sé, Isa, perdón si me pongo melancólico. Será el cansancio.
- ¿A qué se refería con eso del enlace?
- Va a participar en algo así como un certamen musical, sólo para mujeres. Me gustaría verla.
- ¡Pero esa es tremenda noticia! ¡Ya era hora!
- No se puede imaginar lo orgulloso que estoy de ella. Aunque no sea nada para mí. Es increíble.- no podía apartar su rostro de mis pensamientos- ¿Vio cómo la abrazaba la anciana de la Cañada? - sonreí al recordarla.
- Se hace querer, sí... Pero usted me preocupa. Terrible tusa tiene encima. ¿No quiere componer algo ahorita?- se burló.

En un movimiento rápido, agarré mi almohada y le di con ella.
- Con amigos como usted, ¿para qué necesito enemigos?- reí, consciente de mi intensidad amorosa.
- Ay no, pero vaya a dormir, a ver si sueña con ella.- se mofó el hombre a un sombrero pegado.

Pasaron los meses. Entre país y país, descansábamos unos días en Bogotá y así veíamos a nuestras familias. Mi mamá había intentado que volviera a quedar con Paola. Era una chica muy guapa, exuberante, de esas que llaman la atención si la ves caminar por las aceras. Pero definitivamente, no era mi tipo. No había nada más allá del cuerpo.
- Juan Pablo, usted lleva mucho tiempo sin novia y ella es una niña muy linda. ¿Por qué no se da la oportunidad de conocerla un poquito?
- No me interesa, mamá. De verdad, estoy bien. Estoy centrado en mi carrera.
- Pero no puede abandonar el resto de facetas de la vida...- y les preguntaba a mis amigos- ¿Ha encontrado a alguna niña especial en uno de sus viajes? Ay, no mi amor, que mire como anda Monchito con la novia en México. No se me vaya tan lejos a buscarla usted...
- Yo lo llevo bien, Clemen. La extraño, pero se trata de cambiar el chip- le explicaba Simón para no tener que dar otra respuesta.
- Eso es porque usted siempre ha sido medio raro. Sus libros, sus dibujos, sus sintetizadores modulares...

Simón levantaba las cejas con cara de no entender qué tenía que ver una cosa con la otra y el resto nos echábamos a reír.

Con Ruth manteníamos contacto cada dos semanas aproximadamente. Casi siempre por motivos de trabajo y todo el grupo. Sólo en ocasiones especiales como cumpleaños hablaba con ella a solas. La veía bien, tranquila, con mucho trabajo, porque cada vez representaba a más artistas. Sabía hacerlo y confiaba tanto en los principiantes, que creo que a veces salían adelante porque ella creía que era justo que así fuera.
- Estoy pensando en hacer un viaje largo cuando salga lo del proyecto de mujeres. Por cierto, tenemos fecha: el 21 de marzo, para recibir a la primavera.
- Me lo apunto. Y en abril, se podría venir para Colombia.
- De eso nada, que después de tanto tiempo, ya no te acuerdas lo que supone aguantarme. Y en mayo, tenemos mucho trabajo pendiente.
- Entonces, ¿cuándo se va a venir?- insistía.
- En otra ocasión- me daba largas.

Soñé un verano que se hiciera eterno...Where stories live. Discover now