31. Perdón si no he sabido hablarte

142 11 0
                                    

~ Ruth ~

Salí de la estación y me encaminé a los jardines donde le había dicho a Sergio que me esperara.

Durante unos segundos, me había sentido en una nube. Villa besaba tan bien que no podía creer que hubiese tardado tanto en deleitarme en ese placer.

Pero tocaba bajar a la realidad. No podía evitar sentirme molesta con Sergio. ¿Por qué tenía que estropear la relación tan bonita que teníamos? No lograba imaginar sentimiento más puro que el que me unía a él. Sergio había sido mi primer amigo verdadero, mi puerta a la vida y a un mundo lleno de magia y arte. Él me transmitía optimismo, me contagiaba las ganas de disfrutar de todo. Siempre había estado ahí para mí.

- Ya estoy aquí- le saludé, sentándome a su lado en las escaleras que ascendían a una de las fuentes del jardín.
- ¿Qué tal se fue Villamil?
- Bien. Me preguntó por ti.
- ¿Y?
- No le di explicaciones.
- ¿Le quieres?
- No estamos aquí para hablar de mí, ¿recuerdas?
- ¿Te apetece que vayamos a otro lado?- quiso alargar su momento.
- Aquí estoy bien, gracias. Lo que quiero es que me cuentes que te pasó anoche. Si fue un impulso sin más motivado por tu estado actual o me tienes que decir algo más.

Deseé con todas mis fuerzas que fuera lo primero. Sergio lo había dejado con Ana, su relación más duradera y desde entonces, no levantaba cabeza.

Suspiró, se frotó los ojos y se mesó la barba.

- La realidad, Ruth, es... que llevo años mintiéndote y engañándome. Y que estoy loco por ti desde que te conozco. Ya está. Ahí tienes la verdad. Eso es lo que querías ¿no?

No me miraba. Finalmente, ante mi silencio, se levantó, pero le sostuve del brazo.

- Espera, Sergio. Hablemos. Igual podemos...
- ¿Qué, Ruth? ¿Solucionarlo? Creéme, esto no tiene solución.
- Joder, Sergio, no es que lo pongas fácil- me quejé.
- ¿Fácil? ¿Crees que esto es fácil para mí?
- Lo siento. No quería decir eso. Es sólo que no soporto verte mal... Eres la persona más importante de mi vida...
- ¿Más que Villamil?
- ¿Por qué me preguntas eso? Claro que eres importante. Sólo que a él lo quiero de otra manera.- expliqué.

Sergio bufó, malhumorado. No podía creer que estuviese celoso. No podría elegir entre ambos.

Nos quedamos los dos sentados en silencio, sumidos en nuestros pensamientos. Bueno, él pensaba. Hasta me parecía oír los engranajes de su mente funcionando a toda velocidad. Yo no podía pensar en nada, así que me dediqué a acompañar su dolor. Podía intuir lo que sentía y a mí también me dolía. Y me dolía aún más ser yo la causante. Pero no podía engañarle ni animarle de ninguna manera. Por fin, él se levantó.
- Necesito estar solo.
- Claro- acepté.

Se alejó y yo permanecí allí, sintiéndome la persona más culpable del mundo.

Hablé con Villa al mediodía, cuando llegó a Madrid. Aún con todo lo que tenía encima, él era capaz de sacarme una sonrisa a tiempo. No hablamos de Sergio. Me parecía que era algo muy privado de mi amigo y que nadie más tenía por qué saber de un tema que sólo nos incumbía a él y a mí.
- Te he escrito una carta- no me lo pude callar.
- ¿Tan pronto? ¿Me extraña o qué?
- Mucho. Y escribirte me ayuda a sentirte más cerca.
- Ay, qué linda. No se crea, yo también he ido en el tren pensando en ti. Me has inspirado una canción. ¿Se la cantó?
- Obvio.- reí.
- Espera, que agarre el banjo- se oyó un ruido y luego su voz un poco más lejana- ¿Me escuchas?
- ¡Sí!
- Allá voy.- empezó con los punteos-

"Preferí ser tu amigo y callar
Evitarte no me funcionó
Y cuando otros te hicieron llorar, yo te amaba por dentro
No hay nada que yo pueda hacer
Sólo me queda hechizarte
A ver si logro atraparte,
No es una opción olvidarte
Voy obligar a la luna a que no salga esta noche
Voy a inventarme un hechizo, que no deje que él te toque
Que haga imposibles los besos, que haga que no lo soportes
Para que nunca te vayas, voy a hechizarte a mil voces
Pido perdón por callarme, debí haber tardado menos
Pero hoy tendrás que escucharme, desde siempre yo te quiero
Y no escogí enamorarme pero es amor verdadero
Y si te hechizo a quedarte
Tú me embrujaste primero"

- ¡Me encanta, cariño! Suena diferente a otras canciones tuyas.
- Eso es porque me tienes revolucionado.
- ¿Ya te han informado de que planes tenéis para estos días?
- De momento, ahora nos vamos al estudio a trabajar. Tengo que enseñarles lo que grabamos tú y yo aquella noche.
- Cómo olvidarla. Fue muy especial.
- Te mantengo al tanto de lo que hagamos.
Nos despedimos como los cursis en los que nos habíamos convertido.

Esa tarde recibimos por fin la buena noticia de que habían encontrado a David y estaría en prisión preventiva hasta el juicio. Al parecer, tenía otros cargos por robos con fuerza y tráfico de sustancias.

Mi madre se echó a llorar entre la lástima, la preocupación y el alivio. Decidí pasar la tarde con ella, entretiéndola para que no se regodeara en la noticia sobre mi hermano.

A la noche, ante la falta de noticias de Sergio, pensé en llamarle. ¿Dónde estaría? Dudé si era lo mejor y finalmente marqué su número.
- Hola Ruth.
- Hola. ¿Dónde estás?
- He vuelto a Málaga.
- Vale. Eeehmm... Yo dentro de unos días regresaré a Madrid. Aquí ya se van arreglando las cosas y... Bueno, hablamos allí.
- Genial...
- Pues hasta pronto...
- ¡Ruth!- me llamó- Me alegro que se estén arreglando tus asuntos familiares.
- Gracias.- suspiré- Cuídate mucho, Sergio. Buenas noches.
- Buenas noches.

Soñé un verano que se hiciera eterno...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora