Desde que Margarita tenia uso de razón ha estado enamorada del sensual y muy atractivo entrenador de los especialista.
Saul Silva.
El nombre del hombre que esta tatuado en su corazón.
Y ahora que ya era momento de empezar a estudiar en alfea, seria...
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Margarita se seguía sintiendo un poco afectada luego de lo que paso en el bosque y no tenía muchos ánimos de estar en esa fiesta de bienvenida, aún seguía reproduciéndose en su mente el casi beso que se daba con Silva.
Si tan solo hubiera sido más rápida, más atrevida, tal vez ahora ya lo hubiera besado, pero luego recordó la manera en la que él se había alejado y ahí supo que él no sentía lo mismo lo que ella, el simple hecho de besarla le causaba tanto asco como para huir de esa manera.
¿Acaso ella no era suficiente como para lograr seducir al gran Saul Silva? Se preguntaba internamente mientras se recargaba en la pared detrás de ella, en definitiva, no era suficiente, solo era una niña de 16 años y Silva de seguro esperaba a una mujer madura y de su edad para besar o para darse la oportunidad de amar.
Después de todo, ella era solamente la niña que vio crecer y que cuidaba de joven, nunca la vería como algo más, pero justo cuando sus pensamientos pesimistas amenazaban con arruinar cualquier esperanza dentro de ella vio a Riven y todo su optimismo volvió a ella recordando el plan del problemático chico.
Si bien no le agradaba mucho la idea de darle celos a Silva solo para provocarlo, no veía otra opción más que intentarlo así que sin quitarle la mirada de encima al chico quien discretamente tomaba alcohol de su chaqueta, fue en su dirección hasta que se topo con otra chica que se atravesó en su camino.
-oh lo siento tanto, no te vi- se disculpa Margarita sacando a lucir sus buenos modales, viendo a la hermosa chica de cabello café bien recogido, ojos grandes, nariz pequeña y buena complexión.
-no te preocupes yo tampoco te vi...me llamo Beatrix- se presenta la chica con una pequeña y algo forzada sonrisa
-me llamo Margarita- responde la rubia sonriente de oreja a oreja y estrecho su mano con la de su compañera
Beatrix cambio ligeramente su semblante, pero si Margarita lo noto no dijo nada y es que la pequeña hada solo había escuchado de Margarita por parte del hombre que consideraba como su padre, él le había contado tantas historias de la pequeña y de la leyenda que había tras sus poderes y lo que era en verdad.
Que ella siempre se imagino a una mujer dura, fría, que detonaba poder en cada fibra de su ser, pero en vez de eso se encontró con una mujer cálida, una chica que parecía que la vida y la alegría le brotaba por cada poro de su ser.
En vez de la chica cruel que se imaginó la realidad le dio totalmente lo contrario, le dio una chica que parecía que no podía dañar ni a una mosca, pero su tutor fue sabio y le advirtió que no se fiara por las apariencias, que la pequeña Margarita podría verse como una delicada flor, pero él le aseguró que si la amenazabas o si combatías con ella sacaría a relucir su verdadero potencial.
Y también le dijo que la mayor debilidad de Margarita, aparte de los animales, las plantas y su familia, era Saul Silva, que si dañaba al especialista fácilmente la dañabas a ella también e incluso la lastimabas mas que si atacabas cualquier otro de sus puntos débiles.
