Desde que Margarita tenia uso de razón ha estado enamorada del sensual y muy atractivo entrenador de los especialista.
Saul Silva.
El nombre del hombre que esta tatuado en su corazón.
Y ahora que ya era momento de empezar a estudiar en alfea, seria...
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Margarita se despertó gracias a las caricias de Saul sobre su cuerpo desnudo, lo cual, fue una gran manera de despertar, se dio la vuelta un poco para ver a su amado, el sol aun no salía, afuera el cielo seguía oscuro, aunque en el horizonte se empezaba a manchar de rosa por el amanecer inminente que no tardaría mucho en aparecer, Saul le sonrió a Margarita.
—Buenos días—murmura el especialista besando los labios del hada con cariño
—Buenos días—responde la rubia sentándose mejor en la cama, subiéndose a su regazo y besando sus labios más apasionadamente, se sentía de nuevo llena de energía y dado que tenia los minutos contados antes de tener que irse y no volverlo a ver hasta que fuera seguro para ambos, no quería desaprovechar ni un segundo.
—Eres un hada ninfómana—se burla el especialista al sentir a la chica mover sus caderas sobre su cuerpo para incitarlo a volver a hacer el amor—te demandare por abusar de mi
—Cállate—murmura divertida viéndolo a los ojos, esos ojos que son dueños de su corazón y su mente, Margarita sonríe lujuriosamente al sentir a Silva ponerse duro debajo de ella, ella se levanta un poco y se acomoda sobre él, dejándose caer con un solo movimiento preciso.
Silva cerro los ojos y soltó un gruñido de satisfacción al sentirse de nuevo dentro de la estrecha cavidad de Margarita, Margarita gimió al volverlo a tenerlo solo para ella, al sentirse llena y completa, Silva toma el cabello de Margarita en un puño, lo aprieta y lo jala con fuerza haciendo que la chica jadea de placer y haga la cabeza hacia atrás, exponiendo sus pechos y su cuello al especialista frente a ella.
Saul empieza besar y morder el cuello de Margarita mientras que con su otra mano libre la toma de la cintura y la empieza a mover sobre su miembro, sacándole gemidos de placer en cada embestida, en cada rebote, beso, lambida y mordida que Saul daba sobre su piel, su pulgar acaricio la curvatura de su cuello, el filo de su mandíbula hasta llegar a sus labios, introdujo su dedo dentro de ellos y Margarita lo mordió con delicadeza mientras seguía moviéndose sobre él, apretando su cadera y contrayendo sus paredes para sentirlo mas adentro, Silva gruñe cerrando los ojos y llegando al éxtasis junto a su amada hada.
