Desde que Margarita tenia uso de razón ha estado enamorada del sensual y muy atractivo entrenador de los especialista.
Saul Silva.
El nombre del hombre que esta tatuado en su corazón.
Y ahora que ya era momento de empezar a estudiar en alfea, seria...
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Tres días habían pasado desde que Bloom había atacado a Margarita, desde que fueron testigos de como el bienestar de la rubia influía mucho en la naturaleza, pues cuando estaba agonizando en el invernadero la tierra empezo a morir, las plantas empezaron a marchitarse y el cielo, el clima empezo a ponerse muy frio, desde ese entonces Margarita y Bloom no habían vuelto a hablar y la tensión se podía sentir en la habitación, pero no solamente por ellas sino también por el resentimiento que había hacia Aisha al decirle a la directora en donde se encontraban Bloom y Beatrix al igual de como se ha vuelto su mano derecha.
-no me siento a gusto con una chismosa en la habitación- había hablado Bloom quien estaba en la salita de estar de la habitación con Musa y Terra
-ella solo sentía que hacia lo correcto- hablo Musa en defensa de Aisha a quien no le caía del todo bien, pero no sentía que se merecía ser juzgada solamente por hacer algo que ella creía correcto
- ¿has intentado hablar con Margarita? - pregunta ahora Terra tratando de cambiar de tema, no sintiéndose a gusto al estar hablando de una de sus compañeras a sus espaldas
-no- se pasa las manos por su cabello pelirrojo en señal de resignación- y aunque pudiera hablar con ella no sabría que debería decirle, siento que unas disculpas no son suficientes-
-si no lo intentas jamás lo sabaras, Margarita no es alguien complicada y aprecia las disculpas sinceras, créeme conozco a mi hermana-
-tratare de hablar con ella lo antes posible-
-hola, chicas- habla Aisha entrando a la pequeña salita tratando de ser amigable, pero todo lo que gano fue un silencio incomodo- iré a nadar- se despide entrando a su habitación, tomando su mochila y saliendo rápidamente.
Mientras caminaba hacia el estanque no pudo evitar sentir su corazón ser oprimido, odiaba la sensación que sentía, odiaba la incomodidad, desde el primer día de clases lo único que trato de ser fue una buena amiga, llevarse bien con las demás, pero al parecer solamente había metido la pata. Se froto los ojos tratando de quitar las lágrimas que se acumulaban en sus ojos.
Y empezo a nadar.
Porque nadando era la única manera de escape que tenia cuando todo la empezaba a abrumar demasiado, nadar era como respirar para ella y no lo decía solamente por ser un hada del agua sino porque al estar nadando, su mente no se concentraba en nada mas que no fuera el agua, que no fuera la frescura y la sensación de estar entre ese liquido tan gentil y familiar.
-admiro tu coraje para nadar en ese estanque- Aisha escucha una voz parecida a las campanillas haciéndola detener su nado y acercarse a la orilla del estanque viendo a esa chica que parecía sacada de un libro de fantasía.
Margarita Harvey.
-es esto o no nadar en absoluto así que me tengo que arriesgar- responde seriamente, pero con una pequeña chispa de humor en su voz haciéndola sonreír y al hacerlo se sintió bien consigo misma.
