Desde que Margarita tenia uso de razón ha estado enamorada del sensual y muy atractivo entrenador de los especialista.
Saul Silva.
El nombre del hombre que esta tatuado en su corazón.
Y ahora que ya era momento de empezar a estudiar en alfea, seria...
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—Ahí estaba, en su cajón y las pinzas de esas cosas coinciden con las mordeduras de Davin, es la misma cosa que los atacó, Rosalind lo sabe—expone Bloom quitándole el teléfono a Margarita, la cual frunció el ceño ante tal acto, pero rápidamente le resto importancia para concentrarse en lo que su amado tenia que decirles sobre las criaturas del libro
—Ojalá reconociera ese idioma
—Si, ni Terra o Margarita lo reconocieron—agrega Stella en un suspiro mientras abrazaba a su querida amiga rubia, tenia que decirle lo que su madre le había hecho en la espalda, ella era su mejor amiga, sabía que de ella no obtendría lastima ante su situación
—Es porque es una lengua muerta, Rosalind debió encontrar este libro en el archivo real
—Si, recuerdo alguno de estos símbolos de la escuela, digamos que era aficionado de la historia, si, es probable que pueda descifrar una parte, pero tardaría algo de tiempo—Esa era la voz de Sebastián
—No tenemos tiempo, desparecieron tres hadas y solo uno volvió y lo que encontramos en este libro es la clave de lo que Rosalind trama
—¿Y si tuviéramos una guía para ayudarnos a traducirlo?
—Seria un buen comienzo, pero tiene miles de símbolos, debe haber un texto de traducción en la biblioteca
—Rosalind cerró la biblioteca, dijo que se esta deshaciendo de la propaganda imprecisa
—Que buena señal, cunado un líder controle el acceso a los libros
—Mi casa, hay uno en mi casa, en el librero, en la sala de estar, saben a donde me refiero, ¿No, Stella, Margarita? —Aisha y Bloom miran a ambas chicas, quienes sonríen un poco divertidas, los recuerdos que tenían de las travesuras que hacían en la casa de Sky eran buenos.
—Si, claro —Responde Margarita
—estuvimos ahí con Sky—explica Stella al ver la mirada confundida de Bloom
—ahh, la casa de Sky
—Si, no se si Sky quiera ir
—tengo una clase libre para leer algo que me indico Rosalind, tal vez pueda usar el auto de los Harvey, Margarita puede venir conmigo...
—Yo iría, pero Andreas me quiere ver en la tarde para un entrenamiento o algo así, no puedo faltar—la manera en la que dijo su nombre tan familiarmente, causo que, del otro lado del teléfono, Silva apretara levemente su mandíbula, para diversión de Sebastián para quien no paso desapercibido el pequeño toque de celos de su amigo
—Te dibujare un mapa de la casa—Dice luego de aclararse un poco la garanta y colgar
—Los celos no te quedan, amigo mío—se burla Sebastián palpando el hombro del ex director de los especialistas—vamos, ¿Andreas? ¿En serio? Ni en un millón de años, esa chica te ama, no dudes de eso
