Desde que Margarita tenia uso de razón ha estado enamorada del sensual y muy atractivo entrenador de los especialista.
Saul Silva.
El nombre del hombre que esta tatuado en su corazón.
Y ahora que ya era momento de empezar a estudiar en alfea, seria...
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Todos los que estaban en el jardín en ese mismo momento estaban en completo silencio, nadie se atrevía a moverse o a respirar demasiado fuerte con miedo a llamar la atención y que la furia de aquel hombre se desatara sobre el pobre desafortunado que se atreviera a cruzarse en su camino.
Las nubes empezaron a cubrir el sol mientras la batalla de miradas entre Margarita y Silva seguía, una batalla diferente a las demás pues en las anteriores había cariño, amor, pero en cambio esa vez ambos se miraban con una chispa de molestia sin igual.
- ¿Qué crees que hacías con Riven? - Silva rompe el silencio hablando con la seriedad que ni siquiera usaba en entrenamientos
-coqueteando, ¿Por qué? ¿acaso no sabes lo que es eso? - cuestiona en un tono de voz burlón mientras caminaba a su alrededor y Silva hacia lo mismo, ambos sin dejar de verse
-no puedes coquetear con mis especialistas y mucho menos con alguien tan problemático como Riven-
- ¿Por qué no? - le reta elevando una ceja- es el único chico que se atreve a hablarme y que al parecer no tiene miedo de acercarse a mi...de tocarme- dice lo último con un toque de malicia poco vista en ella.
Que solo usaba cuando se sentía subestimada o poco apreciada y en ese momento se sentía de ambas maneras, sumándole al dolor de recordar las palabras de Silva afuera en el granero ¿el la seguía viendo como una niña? Pues bien, le demostraría que ya no era más una niña.
Silva apretó la mandíbula y los puños a lado de su cuerpo al escucharla, al notar lo que sus palabras sugerían, pero sabía que discutir con Margarita solo iba a ser una batalla perdida pues nunca podrías ganarle a la rubia en una discusión.
Asi que se bajó del ring de entrenamiento yendo en dirección a donde el verdadero motivo de su furia se debía encontrar, el verdadero culpable y el único al que en esa situación podría manejar y amenazar, donde podría tener mejores resultado que pelear con la rubia.
Y aunque Margarita de verdad quería seguir con esa pequeña y densa batalla de miradas y pocas palabras, tenía que volver al área de hadas porque ya iba a ser la hora de desayunar y se moría de hambre, aparte debía darse una ducha y cambiar de ropa para luego ir al círculo de piedra y hacer una demostración de los poderes de todas.
En la habitación de Sky, Riven entro apurado alertando no solamente al rubio sino también al hada de luz que lo había acompañado la noche anterior, por suerte ambos ya estaban vestidos.
- ¿Por qué vienes como si un quemado te estuviera persiguiendo? - cuestiona Sky curiosos viendo como su amigo le ponía seguro a la puerta y una silla
-debes ayudarme...hice algo muy estúpido-
- ¿Qué hiciste? -
-digamos que trate de seducir a Margarita en frente de Silva y las cosas se me salieron un poco de control y ahora Silva viene directo a matarme- responde poniendo sus manos en los hombros de su amigo con desesperación - es como tu padre, distráelo o algo, dile que no me has visto- pide mientras busca un lugar para esconderse
