Al día siguiente, los reyes ya estaban listos para irse a Bluestown cuando sus 5 hijas vienen a despedirse.
-Mis queridas hijas, las extrañaré a todas.-dijo la reina abrazando a las princesas.
-Y nosotras a ti, mamá.-respondió Nina.
-Cuídense mucho, las quiero.
El rey y la reina se fueron con su equipaje y custodiados por la guardia real. Philip entonces dijo:-Jovencitas,espero un buen comportamiento por parte de ustedes ahora que sus padres no están¿entendido?
-Entendido.-respondieron todas caminando hacia sus habitaciones.
Horas más tarde, Enrique estaba leyendo cerca de la entrada principal del castillo, cuando ve a una joven castaña cabalgar a toda velocidad hacia los territorios fuera del castillo, es decir, el pequeño pueblo.
-¿Quién es la dama que acaba de salir?-dijo Enrique.
-La princesa Anastacia.-respondió una anciana criada.
-Manden a ensillar el caballo.-ordenó Enrique
-Enseguida.-dijo la señora caminando a buscar a algún hombre que ensillara un caballo.
Al rato, un hombre trae un caballo blanco.
-Aquí esta, alteza.-dijo el hombre-¿A dónde va?
-Solo cabalgaré un rato.-respondió Enrique.
Minutos más tarde, el príncipe ya estaba en el pueblo. Entonces es cuando ve a la princesa Anastacia abrazando a una pequeña niña.
-¿Cómo estás?-dijo Anastacia
-Feliz de verte.-dijo la niña
En eso se acerca un joven muy apuesto, que muy bien podría competir con Enrique, a excepción de que era un plebeyo.
-Anastacia, no debiste haber venido.-Dijo el joven.
-Solo quería saber como estaba tu familia.-respondió la princesa.
-Hermana, entra a la casa por favor.-le dijo el joven a la niña.
-Adiós, Anastacia.-dijo la niña muy feliz.-Vuelve pronto.
-Eso voy a hacer,y si quieres te traigo panecillos.
-Anastacia, por favor. No está bien que te vean por aquí.-dijo el joven muy preocupado.
-Nicolás, ¿acaso no estás feliz de verme?-dijo Anastacia dolida.
-Claro que si, pero mi hermana se está encariñando mucho con los panecillos del castillo.
-Todos los de tu familia son muy buenas e humildes personas. Solo trato de ayudarles un poco.
-No debes molestarte, pero deberías quedarte en el castillo siempre, no podemos…
-Nicolás, no soporto estar en el castillo. El futuro esposo de una de mis 3 hermanas, el príncipe Enrique es un engreído.
-¿De dónde es?
-De Aumesbery, creo.
Nicolás pareció tensarse un poco y dijo:-Mantente alejada de ese hombre.
-¿Estás celoso?-sonrió Anastacia.
-Solo vete, por favor.-dijo Nicolás y luego le susurro algo al oído a la princesa que la hizo sonreir aun más.
Al atardecer, Enrique ya había regresado al castillo y vio cuando Anastacia llegó.
-¿Dónde estabas?-preguntó Enrique.
-Eso no es de tu incumbencia.
-No estarías paseando por el pueblo¿o si?
-Solo hablaba con mis súbditos.
-Pero no serás reina.
-Eso no importa. No está de más conocer a tu pueblo.
-Yo conozco muy bien a mi pueblo.-sonrió Enrique con malicia.
Anastacia rodó los ojos y dijo:-Sabes que no me refería a eso. Ahora si me disculpas, voy a mi habitación.
-Eso es una invitación ¿cierto?
-Solo cállate.-dijo Anastacia subiendo las escaleras.
Definitivamente el viaje de los reyes haría que Enrique descubriera muchos secretos de las princesas, y también serviría para aclarar sus dudas.
Nota de la autora: Hola, espero que les esté gustando la historia. Ya llegamos a más de mil leídos, estoy muy emocionada. De ahora en adelante quizás dedique capítulos a los que han estado votando o comentando. En serio, muchísimas gracias. Saludos :)