31.Dolor de madre

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-Huele delicioso.-dijo Aimee.-¿Qué haces?



-Es un experimento.-dijo Clarisse.-Intento hacer un pastel

de manzana.



-Espero que te quede bien.-dijo Aimee.-Me avisas cuando

terminas.



-Como usted diga.-respondió Clarisse.



Aimee iba saliendo de la cocina cuando vio a sus padres

salir del Salón Dorado.



-Hija querida. Avisale a tus hermanas que no salgan de sus

habitaciones.-dijo la reina.



¿Porque? ¿Sucede algo?-pregunto Aimee.



-Aumesbery y Falicia están en guerra.-dijo el rey.-Lo mejor

es que estén seguras.



-Pero...-dijo Aimee.



-Pero nada. Anda a tu habitación.-replico la reina.



Aimee subió las escaleras silenciosamente mientras iba a la habitación

de Nina. Cuando le conto todo a sus hermanas Nina comenzó a llorar.



-Todo esto es mi culpa.-dijo Nina.



-Claro que es tu culpa.-dijo Rebecca.



-No comencemos a discutir otra vez.-dijo Aimee.



-Tengo que irme.-dijo de pronto Anastacia.



-¿Acaso no escuchaste lo que dije? No podemos salir del

castillo.-dijo Aimee.



-No me importa.-dijo Anastacia y se fue.



-Me pregunto adonde quiere ir.-dijo Rebecca mientras sonreía.



-No regresara. –hablo por fin Ginna.-O por lo menos no

pronto.



- Y tu como sabes.-dijo Rebecca.



Ginna no respondió y Aimee salió de la habitación tratando

de detener a Anastacia. La guerra ya había comenzado. El cielo se volvió oscuro

y se escuchaban los gritos angustiados de los hombres mientras caían heridos.

Mientras tanto en el pueblo, las familias se refugiaban en sus hogares con la

esperanza de que la guerra no durara mucho. Nicolas era una de esas personas.



-Por nada salgan.-le dijo a su familia.



-Pero yo quiero ver el sol.-dijo la hermanita de Nicolas.



-Hoy no hay sol.-respondió el.



Pasaron los días y luego las semanas pero la guerra parecía no

acabar.



-No sigamos con esto.-dijo la reina Catalina.



-¿Por qué?-dijo el rey.



-Su ejército nos está ganando. No estarán felices hasta

vernos derrotados.-dijo la reina.-Es su venganza por la muerte de su hijo.



-Enrique se buscó su propia muerte.-dijo el rey.-El sabía que

nunca debió fijarse en nuestra pequeña Nina.



-Pero ella también está sufriendo.-dijo la reina.-Por favor,

acabemos con esto. Mucha gente inocente está muriendo. Incluso nuestra

Anastacia quería huir aterrada por la guerra.



-Esta bien.-dijo el rey.



Esa misma noche el rey anunciaba que se daba por vencido.

Aumesbery había ganado la guerra. Pero eso para la madre de Enrique no era

suficiente.



-Mi hijo. Mi Enrique.-dijo la madre de Enrique mientras

lloraba.



Su esposo intentaba consolarla pero nada funcionaba.



-Nosotros ganamos la guerra. Ya vengamos la muerte de

nuestro hijo.-dijo el padre de Enrique.



-Pero la victoria no nos devolverá a nuestro hijo.-dijo

ella.



-Querida, muchas personas han muerto y las riquezas de

Falicia se están acabando. Están casi en ruinas.-dijo el rey.



-No, no, no, no ¡No!-dijo ella.-Yo hubiera dado incluso mi

vida con tal de salvar a Enrique.



-No es por hacerte sentir peor pero nuestro hijo se lo

busco. Te dije que su manera de ser lo destruiría.-dijo el rey.



-No puedo creer que hables asi de Enrique.-dijo la reina.



-Pero es la verdad.-dijo el.



-Ya basta.-dijo ella y se fue.



Mientras tanto en Falicia.

-No puede ser.-dijo Clarisse.-El bebe ya viene.

1 Príncipe, 5 Princesas. [Editando]Where stories live. Discover now