1 Príncipe, 5 Princesas. [Editando]

41. Cambios

Ya habian pasado 2 semanas desde que Enrique estaba en el castillo. Una mañana mientras Nina estaba en el jardin y Cristina en su habitacion, Enrique fue a la cocina.

-Clarisse.-dijo este al entrar.

-Principe Enrique.¿Como amanecio?-dijo Clarisse.

-Muy bien y usted.

-Bien.

-¿Haz visto a Nina?-pregunto.

-Esta en el jardin.

-Gracias.

Cuando iba a salir, Rebecca aparecio muy sonriente.

-Querido Enrique.-dijo abrazandolo.

-Rebecca.-respondio este.

-No estes asi. ¿Que te pasa?-dijo ella coquetamente.

-Rebecca, no lo intentes. No pasara.

-¿A que te refieres?-dijo ella haciendose la inocente.

-Tu trato con Nina y tu repentino arrepentimiento. No te creo nada.

-Tienes razon, Enrique. Sigo loca por ti.

-Estas casada. ¿Que te pasa? Ademas sabes que amo a Nina y eso no cambiara.

-Nina.-dijo Rebecca.-Me gustaria que nunca hubiera existido. No es otra cosa mas que fruto del pecado. Una tonta igual que su madre, Lucia.

-¡Basta!-gritò Enrique.-Que te quede claro que nunca pero nunca me voy a fijar en ti. Eres la peor persona que he conocido. Ni tu belleza puede ocultar lo horrible que eres. Horrible por todo lo que haz causado. Tus mentiras, todo. Maximiliano no merece esto.-dijo Enrique y salio.

Rebecca tenia los ojos llorosos y dijo:-Enrique, yo...no soy horrible. No lo soy. ¡No!-dijo mientras comenzaba a subir las escaleras de la torre. Cuando llego hasta arriba se asomo hacia abajo.

-Eres la peor persona que he conocido.-las palabras de Enrique sonaban en la cabeza de Rebecca.-Nunca me voy a fijar en ti. Ni tu belleza puede ocultar lo horrible que eres.

-¡No!-volvio a gritar Rebecca. Se trepò a la ventana y se agarrò a los lados.

-Amo a Nina y eso no cambiara.Maximiliano no merece esto.-Rebecca seguia escuchando la voz de Enrique.

-Max.-dijo Rebecca.-Max no merece esto. Que clase de persona soy. Odio a Nina. La odio.

Enrique estaba con Nina en el jardin cuando de pronto Nina mira hacia la torre:-¿Esa es Rebecca?

-¡Lo siento mucho, Max! ¡Enrique, te amo! ¡Nina te odioooo!-dijo Rebecca mientras se soltaba y caia en picada al suelo.

-¡Noooooo!-dijo Nina mientras corria pero cuando llego era demasiado tarde. Rebecca estaba muerta.

Al dia siguiente.

Maximiliano habia regresado inmediatamente y no paraba de llorar y culparse.

-Padre, no tienes la culpa de nada.-dijo Anastacia que tambien habia regresado.

-Si. Yo debia estar aqui.-dijo Maximiliano.-Debi amarla mas.

Esa tarde Rebecca fue enterrada junto a sus padres. Se declarò duelo en todo el reino.

Pasaron los dias y Maximiliano bebia en exceso, cayendo en una terrible depresiòn.

Enrique le dijo a Nina:-Yo soy mucho mas culpable que el.

-¿Porque?-pregunto Nina.

-Yo...le dije cosas horribles. No debi hacerlo pero es que ella...

-Shhhh. No digas nada.-dijo Nina.-Me duele pero ella se lo busco y ambos lo sabemos. No fue una buena persona.

-Pero mira como està Maximiliano.-dijo Enrique.

-Estara bien. O eso espero.

Pero no fue asi. El Duque dejò un testamento en el que nombraba a Anastacia y Nicolas herederos de todo. Maximiliano murio de tristeza y melancolia.

-No se como sentirme.-dijo Anastacia cuando supo.-Nicolas, seras Duque y yo Duquesa. Pero mi padre ha muerto. Nunca lo senti como mi padre pero lo era.

Anastacia y Nicolas junto a sus hijos se fueron a vivir al castillo de Bluestown. Mientras que en Falicia no sabian que hacer. Al parecer Rebecca habia robado y el reino estaba en ruinas. Los padres de Enrique decidieron abdicar al trono para que Enrique fuera Rey.

La gente del pueblo de Falicia al saberlo hizo una mudanza masiva hacia diferentes reinos como Bluestown, Aumesbery, Paris, entre otros.

Teresa se caso con su soldado. Clarisse se nombro institutriz de Cristina. Philip siguio siendo Philip y se encargo de ser el nuevo mayordomo de Aumesbery.

Enrique y Nina tuvieron la boda de sus sueños y fueron reyes de Aumesbery. Y al fin pudieron ser felices.

Y Falicia...bueno, quedo abandonado. Quiza nadie lo encuentre. Y quiza nadie sepa en el futuro la gran historia de amor que tuvo lugar aqui.

O quiza si.