-Seras padre. Nina esta embarazada.-dijo Aimee.
-¿Qué?-dijo Enrique sorprendido.-Es por eso que la tienen
distanciada.
-Si.-dijo Aimee.
-Necesito hablar con ella.-dijo Enrique.-Tengo que aclararle
algo.
-Para que. Para empeorar las cosas.-dijo Aimee.-Ademas te
casaras con Rebecca.
-Yo me iba a casar con Rebecca porque ella me dijo que entre
nosotros había pasado algo y esperaba un hijo mio pero todo era mentira.-dijo
Enrique.
-Entonces yo se lo dire a Nina.-dijo Aimee.
-Gracias.-dijo Enrique y abrazo a Aimee.
6 Meses Después
Los reyes le habían dicho al pueblo que la Reina estaba
embarazada y que Nina estaba muy enferma y aun no sabían de que.Los del pueblo
inmediatamente comenzaron a hacer teorías y suposiciones de lo que realmente
pasaba. Entonces una noche Nina tenia fiebre muy alta y en sueños dijo que
Enrique era el padre de su hijo. Aimee inmediatamente le aviso a Enrique que
tenia que huir y este aunque no quería tuvo que escapar.
-¡Todos los guardias busquen a Enrique!-grito el Rey.-¡No
dejen que escape!
Inmediatamente todos los guardias fueron al pueblo y de casa
en casa iban tocando la puerta y si no les abrían pateaban la puerta y jalaban
por el cabello a las mujeres.
-De seguro esta aquí. Tu debes ser una de sus amantes.-dijo
el soldado mientras agarraba el cabello de una muchacha.
-Juro que no lo conozco. Ni siquiera se quien es.-respondio
la muchacha.
Y asi iban de casa en casa. Enrique estaba escondido en la
casa de la señora que le había pedido dinero hace un tiempo atrás.
-Pronto lo encontraran.-dijo la señora.-Es mejor que salga
por la parte de atrás.
Enrique se puso una capa y se fue al bosque. Cabalgo tanto
que luego ni siquiera sabia donde estaba. Era medianoche cuando llego a un lago
oculto entre muchos arboles y donde el reflejo de la luna se veía claramente.
Se sentó y luego se lavo la cara. Pero de pronto escucho pasos y cuando volteo sintió
estar viendo un fantasma. Era Teresa. La prima de Nicolas.
-¿Qué haces aquí?-dijo ella.
-Lo mismo digo.-respondió Enrique.
-Yo vivo aquí.-dijo Teresa.-Me alimento de los frutos de los
arboles y hago mi propia ropa con lo que encuentre.
-¿Por qué?-dijo Enrique.-Tu familia piensa que estas muerta
y que todo es mi culpa.
-Lo es.-dijo Teresa.-Aunque no estoy muerta es como si lo
estuviera. Tu me destruiste.
-Lo siento.-dijo Enrique.
-Eso no es suficiente.-dijo Teresa.-Mira como estoy. Alejada
del mundo. Todo gracias a ti.
-No puedo amarte si es lo que quieres.-dijo Enrique.
-Ya lo se. Pero eso lo hubieras podido haber dicho
antes.-dijo Teresa mientras lagrimas caían por sus mejillas.
Enrique se sintió terriblemente culpable por todo el daño
que le había hecho a ella y a muchas mas.
-Estoy enamorado. Por primera vez estoy realmente enamorado.
Pero ella es imposible para mi. La vida esta haciéndome pagar por lo que
hice.-dijo Enrique mientras recordaba a Nina.
-¿Quién es?-pregunto Teresa.
-La princesa Nina. Esta embarazada y Los Reyes quieren
matarme. Por eso estoy aquí. Estoy huyendo de su ejercito. Tuve que huir sin
ella porque no había tiempo. Pero se que pronto me encontraran y moriré.-dijo
Enrique mientras miraba el lago.
-Asi que ya sabes lo que es el sufrimiento.-dijo Teresa sentándose
a su lado.
-En serio, lo siento.-dijo Enrique.
-Te perdono.-dijo Teresa y lo abrazo.-Te ayudare a escapar.
-¿De verdad?-dijo Enrique esperanzado.
-Si.-dijo Teresa.
Al dia siguiente los soldados llegaron al lago y vieron la
ropa de Enrique sangrienta y desgarrada como si un animal salvaje lo hubiera
devorado terriblemente.
-Esta muerto.-dijo uno de los soldados.-Llevemos la ropa
como muestra a los reyes.
Cuando llegaron al castillo y le dijeron a los reyes,
estos sonrieron y les dijeron a Philip, a Clarisse y las princesas lo que había
pasado. Pero lo que no sabían era que con eso las cosas empeorarían mucho mas.