17. Apariencias engañosas

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-Madre, que haces aquí.-dijo Enrique sorprendido.

-Vine para asegurarme de que mi fortuna está segura. Ya que no respondías a mis cartas supuse que había problemas. Y como siempre tenía razón. No quieres casarte.

-No es una decisión sencilla.

-Si lo es Enrique. Yo jamás amé a tu padre y lo sabes. Lo único que tuve que hacer fue decir “acepto” y ya era reina. Tenía un trono y una fortuna. Ahora haz tú lo mismo.

-Yo no soy como tú.-dijo Enrique.-Aparte acabo de descubrir algo importante. O mejor dicho varias pero dime porque me ocultaste que mi tía era una bruja.

La madre de Enrique se sorprendió mucho y comenzó a respirar con dificultad.

-Madre ¿estás bien?-dijo Enrique preocupado.

-¿Quién te dijo eso?¿Cómo lo supiste?

-No importa como lo supe. Quiero saber porque siempre me lo ocultaste.

-Hijo, yo….Tú siempre quisiste más a tu tía que a mí. No quería que supieras la verdadera clase de persona que era.

-La prefería a ella porque tú nunca me prestabas atención.

-Lo sé hijo, y lo siento pero tu tía Enriqueta si era una bruja e incluso antes de que yo me casara con tu padre, ella quiso conquistarlo pero mi belleza le ganó a sus artes oscuras. Ella no era la persona amable que todos pensaban.Yo era la única que sabía la verdad pero no quise decirlo porque no quería que mi hermana muriera. Hasta que comenzaste a tener esas terribles pesadillas y yo supe que era ella quien las ocasionaba y tenía miedo de que te enfermaras y murieras y por eso yo…la maté.

-Mataste a tu propia hermana.-dijo Enrique a punto de llorar a pesar de que él casi nunca lloraba.

-Si, pero fue por tu bien. Yo la envenené y apenas ella murió tus pesadillas terminaron. ¿Ves que las apariencias engañan?Ahora estás a salvo.-dijo ella sobando la mejilla de Enrique.

-No madre. No estoy a salvo. No sé si pueda confiar en tí pero ya que fuiste sincera yo también lo seré así que pues…La princesa Ginna también es una bruja, mis pesadillas volvieron y ella me amenazó.

-¡Qué!-gritó su madre.-Cásate con cualquiera de las otras dos menos con ella.

-Disculpen,¿Pasa algo?-dijo Philip desde afuera.

-No pasa nada Philip, gracias.-dijo Enrique.

-Ese hombre parece estar en todos lados.-le dijo Enrique a su madre.

-Si, bueno hijo yo no vine por mucho tiempo asi que tengo que regresar.

-¿No te vas a quedar?

-No hijo, lo siento, solo cuídate mucho.Te quiero.-dijo su madre besando su frente.

-Yo también te quiero,mamá..

Al dia siguiente Enrique se encontró a Ginna en el pasillo frente a su habitación.

-Fuiste tú¿cierto?-dijo Enrique.-La que hizo que Aimeé rodara por las escaleras.

-Eres muy inteligente, Enrique. Eso no me lo esperaba. Pero respondiendo a tu pregunta, si fui yo.

-¿Por qué lo hiciste?

-Porque vi que tenías mas interés en ella que en Rebecca o en mi. Asi que si ella moría solo eran dos entre las tendrías que escoger. Hice que pareciera un accidente. Yo puse algo en la escalera y lo quité antes de que alguien se diera cuenta.

-No puedo creer que hubieras sido capaz de hacer eso.

-Verte sufrir por ella me hizo sentir mucho mejor.-dijo Ginna sonriendo.

-Tienes razón.-dijo Enrique.-¿Qué mas se podía esperar de una bruja?-Enrique dijo mientras le daba la espalda y caminaba por el pasillo.

-¿Qué dijiste?

De pronto Ginna sacó un cuchillo y quiso apuñalar a Enrique pero el volteó a tiempo y agarró fuertemente el brazo de Ginna.

-Ahora también me quieres matar a mi.

-Solo dime ¿Cómo lo supiste?

-Por coincidencia encontré un libro en la biblioteca y me di cuenta de la verdad.

-Júrame que no se lo vas a decir a nadie. Si lo haces te mato. Nadie tiene que saberlo.

-¿Saber que?-dijo Rebecca apareciendo detrás de ambos.-¿Acaso ustedes dos están…saliendo?

-No.-dijo Enrique algo enojado.

-Bien. Porque no soportaría verte estar tanto tiempo con Aimeé y que te encontraras  a escondidas con Ginna. Sabes lo mucho que me enojaría.

-Ya basta.-dijo Ginna.-¿De verdad quieres saber de que estábamos hablando? De tí. Le dije a Enrique que Anastacia y yo sospechamos que fuiste tú quien causo el accidente de Aimeé.

-No fui yo.-dijo Rebecca con seguridad.

-Pero dijiste que serias capaz de matarla si Enrique la escogía a ella en vez de a ti.

-No lo decía en serio.

Entonces Enrique se fue mientras ellas se quedaron discutiendo. Solo había alguien que lo haría sentir mejor. Y no era Aimeé, ya que ella solo era su amiga y aunque sabía que lo escucharía no era eso lo que necesitaba ahora.

Necesitaba amor.

Necesitaba a Nina.

1 Príncipe, 5 Princesas. [Editando]Where stories live. Discover now