XXXIV. Memories

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"RECUERDOS"


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Despierta, papá preparó el desayuno —abro los ojos y veo a Grace hablando a alguien enscondida entre mantas.

Nuevamente estoy viendo algo de mi pasado, de los recuerdos que están volviendo.

—Feliz cumpleaños, pequeña, ya tienes doce —abraza con dulzura mi pequeño cuerpo—. Kali y Ennis no están —celebra y una sonrisa involuntaria se me escapa.

Veo a mi o pequeña" correr al baño, mi hermana busca ropa y los ojos pican cuando reconozco que ese día fue increíble, fue el primer cumpleaños con los gemelos, mis nuevos amigos.

El escenario cambia y no puedo evitar sentirme como en un pensadero de Harry Potter observando mis propios recuerdos, ¿así se sentía Harry? Creo que esto es lo más cercano a algo así que viviré.

Un pastel de chocolate sobre en la mesa, las velas encendidas y la entonación de la canción de cumpleaños resuena. La mini yo sopla apagando las velas sonriente, Grace comienza a repartir el pastel mientras papá está en una de las esquinas recostado en la pared, pero una pequeña sonrisa se le escapa al escucharnos reír.

A esa edad nunca imaginé que mi vida sería lo que es hoy, no dimensionaba lo malvado de los planes de papá y no sabía todo lo que había asesinado y torturado por poder.

Nuevamente todo se disuelve y me veo correr por el bosque jugando a la escondida con los gemelos, mi respiración es jadeante cuando me escondo tras el grueso tronco de un árbol, cierro mis ojos pero los abro de inmediato al escuchar unas pisadas cerca, me giro por el lado contrario a la dirección del sonido y chillo al ver a Aiden.

Te encontré, caperucita —se jacta y sus ojos aún dorados se apagan—. Te dije que no podrías escapar del lobo.

No se vale, Aiden —me cruzo de brazos indignada.

Debes aprender a perder, nena —la mini yo enarca una ceja pelirroja.

Me llamaste nena —susurra sonrojada y me causo ternura.

¿Te molesta?

No, me gusta —confieso y se acerca peligrosamente, puedo escuchar mi corazón latiendo acelerado.

Merezco un premio, ¿verdad? —lleva un mechón de mi cabello tras mi oreja.

—¿Qué quieres? Recibí dinero por mi cumpleaños, pu-puedo comprarte lo que quieras —murmuro nerviosa por su cercanía, qué ingenua era.

—Lo que yo quiero no se compra, Sophie —susurra y las lágrimas se me escapan inevitablemente cuando veo nuestros labios unirse por primera vez.

GOLDEN EYES || teen wolfWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu