๑GOLDEN EYES
Siete años lejos y no pensaba volver.
Eso hasta que Deucalion nombró al alfa por quien irían.
Volver al lugar donde nació traerá a su vida un sin fin de recuerdos y emociones que pretendía olvidar, pero reencontrarse con parte de su...
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Creo que mi propuesta nos sorprende a ambos, me sonrojo pero intento bajarle el hierro al asunto.
—¿Es-estás segura? —Asiento—. En ese caso, yo... sí, claro.
Inhalo profundamente para calmarme, tomo su mano y nos guío al ascensor. Él está nervioso y para qué decir de mí, nunca he estado con otro chico además de Aiden, ¿y si no le gusta?
Miro a Scott cuando entramos a mi piso, le sonrío levemente y camino hasta mi habitación seguida por él. Se queda mirando unas fotos que tengo en mi mesita de noche, me dirijo al baño y me quito el pantalón quedando en mi camisa de dormir.
Me lavo la cara, respiro hondo y vuelvo a la habitación, el alfa está sentado en la cama, la espalda recargada en el respaldo con su celular entre las manos, se ha quitado la chaqueta y los zapatos, cuando su vista se fija en mí, su pulso se acelera y respira pesadamente. Me siento a su lado, deja el celular en la mesita de noche, y observa detalladamente mi rostro, cierro los ojos cuando acaricia mi mejilla con delicadeza, al abrirlos, veo que está a mi altura, y soy yo quien termina la angustiosa espera.
Lo beso de manera profunda, sin miramientos, pero de manera pausada, él rápidamente sigue el beso. Suspiro cuando me toma por las caderas para ubicarme sobre su regazo, las partes correctas se tocan y jadeo ante eso, puedo sentir lo excitado que se encuentra, muevo levemente mis caderas, probando su reacción, y cuando el agarre en mis caderas se incrementa, sé que voy bien.
No puedo decir que tengo mucha experiencia, solo he estado con un chico, y no hace más de seis meses que lo hice por primera vez. Cuando su boca deja la mía y comienza a regar besos húmedos en mi cuello, no puedo evitar soltar un gemido. Scott sabe lo que hace. Sus manos bajan a mis piernas y acaricia mis muslos.
En un intento desesperado por sentirlo más cerca, quito su camiseta y acaricio su pecho, lo escucho gruñir levemente y una corriente de aire frío recorre mi espalda: ha roto mi camisón. Gimo y me presiono más hacia el bulto en sus pantalones.
Bajo a besar su cuello mientras con mis manos recorro sus abdominales, toma mi rostro en busca de mi boca, sus manos suben acariciando mi espalda desnuda. Me acerca más a él y jadeamos al sentir nuestros pechos desnudos tocarse, sus manos van a esa parte de mi cuerpo y suspiro cuando deja suaves pero estremecedoras caricias en ellos.
Nuestras respiraciones son pesadas, sus besos bajan a mis sensibles pechos y siento un conocido calor en el vientre encenderse, puedo sentir cuan afectado está él bajo mío. Tiro levemente su cabello cuando succiona mi pezón derecho, nos hace cambiar de posición pechos y su boca busca la mía en un beso que rápidamente se vuelve desesperado y demandante, se fricciona tortuosamente sobre mí y jadeo.
