๑GOLDEN EYES
Siete años lejos y no pensaba volver.
Eso hasta que Deucalion nombró al alfa por quien irían.
Volver al lugar donde nació traerá a su vida un sin fin de recuerdos y emociones que pretendía olvidar, pero reencontrarse con parte de su...
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Dos días han pasado desde que encontramos a la manada masacrada en el bosque, y no hemos podido identificar a quien sea que hable en el buzón de voz del teléfono que encontró mi prima ese día.
Estamos en la veterinaria con Theo, Mason, Liam, Scotty y yo. Isaac y Dean intentan encontrar con Deaton información que nos pueda servir para detener al Anuk-Ité, mientras que Cherry con Malia y Lydia están tratando de encontrar algo del por qué del mensaje que el sabueso le dejó a la banshee.
Lo hemos escuchado tantas veces que ya me lo sé de memoria, pero aquí vamos otra vez.
—Hola, soy yo de nuevo, yo... n-no sé por qué no puedes devolver la llamada, tal vez crees que así me estás castigando, pero esto... esto, es demasiado, es demasiado, y... no se trata de nosotros, algo está pasando en Beacon Hills, a las personas, solo... —se escucha un suspiro—. ¡Ay! Solo necesito saber que tú y todos están bien, así que, ¿puedes llamarme por favor? —Otro suspiro—. Una llamada, es lo único que pido, y si no puedes responderme, entonces conseguiré la respuesta de otro modo, eso significa ir en persona, si no me llamas iré ahí así que, intenta recordar que también es mi manada.
—¿Tomaste esto de uno de los cuerpos en el bosque? —pregunta Theo
—Malia lo hizo —responde el beta.
—Sí, había seis cadáveres —añade Scott—. Uno de ellos no tenía cara.
—Bueno —dice el quimera—. El que no tenía cara, ¿creen que es la mujer del teléfono?
—Puede ser —reconozco.
—Es lo mismo que pasó con Aaron —comenta Mason—. Se apoderó de su cuerpo, básicamente se robó su cara y su ADN, eso significa que quien sea esta mujer, podría ser la otra mitad del Anuk-Ite.
—O sea la mitad del problema —opina Theo—. La otra mitad sabemos que es Aaron...
—Pero no sabemos dónde está —dice Liam.
—Bueno, espera —interrumpe Raeken—. ¿No se supone que los mantengamos separados? —Miro a Scott quien solo observa al quimera—. Vayamos tras él, tras Aaron.
—No digo que Theo tenga razón —dice Mason—. Pero creo que sería más fácil rastrear a Aaron que a una voz en un teléfono.
—Le da la razón a Theo —comenta Liam señalando al moreno.
—Sí —reconoce—. Pero pensé en decirlo con más... suavidad.
—¿Están impactados porque tengo la razón? —cuestiona indignado.
—No, solo no nos agrada —espeta Liam y me contengo de reír por lo ridículo de esta situación.
—Puede que todos la tengamos —concilia el alfa—. Deberíamos buscar a ambos, Aaron y la mujer del teléfono, y... cómo están de acuerdo... —
